Besos En Sangre [+18] Libro#1 Saga Dominante

cap 16

El almacén se desvanece con el sonido de disparos y gritos resonando en las paredes abandonadas, dejando en el aire la incertidumbre sobre el destino de los presentes.

Nos encerramos en uno de los cuarto del servicio de limpieza que existía aún cerca de la zona de carga del almacén.

La respiración no me daba para más, correr y enfrentarte a tantas balas hace que tu sistema se vuelva inestable .

Observé a Eidan, él se encontraba peor que yo, tenía sangre en las manos y su traje, tenía algunos golpes en la cara, sus ojos me miraron no se como explicar lo que nos sucedió a ambos pero la adrenalina era tan exquisita.

Eidan me acaricia suavemente el rostro, mientras  cierro los ojos y suspiró tratando de contener el aire de mis pulmones.

Colocó su mano en mi nuca y me llevo contra su boca, su lengua se abrió demostrandome quien manda, sus mordidas solo me hacían soltar leves jadeos, intensificando las ganas de comernos lentamente y con fiereza.

-Nunca pensé que estaríamos juntos así,  pero algo en tu mirada me atrapa. - susurró en mí oído, dejando besos húmedos por todo mi cuello, sonríe y desliza sus manos alrededor de mi cintura atrayéndome hacia él.

Me estremezco ante su contacto, sintiendo la electricidad en el aire, rápidamente, poso mis manos en el pecho de Eidan, sintiendo su corazón latir rápidamente bajo mis dedos.

Acerca su rostro al mío, sus labios rozándome apenas, creando una corriente intensa entre ambos.

-Y pensar que todo esto comenzó con miradas furtivas y sonrisas robadas - le tomó del cabello, mordiendo el labio inferior con fuerza haciéndole gruñir.

Me pega más a su entrepierna tensando mis muslos bajo el contacto de su erección, su mirada me pone las rondillas a temblar, aferra sus manos a mi nuca, fundiendo su aliento con el mío. Intensifica su agarre estrechandome contra su pecho, refregandose contra mí, apoderandose de mí boca con un feroz beso que me pone los labios subiendome a la pequeña mesa que había rn aquel lugar, apretando contra la pared.

La chaqueta del esmoquín sale a volar sin soltar mi boca, el agarre y el despero que emana, me vuelve loca. Baja las tiras del vestido amanzando con fiereza mis pechos desnudos mientras su boca se prende de mi cuello. 

Sus besos calientes me embriagan, sus manos me aturden y su Cercanía desequilibra cualquier pensamiento coherente , se prende de mis senos chupando y mordiendo con fuerza mis pezones , mete la mano bajo el vestido acariciando el elástico de mis bragas, apartando la tela con fierza, huntandose los dedos con mi humedad, entra y sale, sus labios no abandonan los míos, por momentos esa mirada hambrienta y deseosa me prende, que te hace sentir como la puta ama del universo , entra con movimientos estudiados e expertos y me es imposible controlar el gemido que se me escapa, un jadeo desesperado el claro reflejo de un cuerpo ansioso y caliente.

De repente, el sonido ensordecedor de los disparos hace eco entre mis gemidos. Las balas zumban por el aire, creando una danza mortal de metal. Las detonaciones iluminan la oscuridad de la noche, revelando el caos y la ferocidad del enfrentamiento. Me importa un carajo la balacera , en este momento solo puedo sentir las ganas que le tengo a este hombre.

Se mete entre mis muslos con la boca entreabierta empujando mis caderas y encajandome su potente miembro ¡Carajo! siento como veo estrellas, planetas y todo tipo de hormigueo por mi cuerpo, cuando me lanza la primera estocada que me pone a salivar, su invasión es un sin fín de corriente eléctrica bailando sobre mi piel, respiro aceptando el placer que me da, suspiró captando los embates y embestidas que nos pone a sudar.

Nuestros cuerpos se deshacen de suavidad y solo da a cabo el sexo rudo y salvaje, mientras su cuerpo se funde con el mío. Él acaricia mi espalda, sintiendo el calor de mi piel bajo sus manos.