cap 4

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Habia pasado 2 días ,era jueves así que pase toda la mañana en el colegio haciendo el papel de niña rica como de costumbre.

En la tarde al llegar a casa no tuve la mejor sorpresa del mundo. Me di una ducha y comencé a hacer mis tareas hasta que Nana irrumpió en mi habitación:

- Señorita, su hermano Marchelo la espera en la oficina.- dijó con el acento italiano destacándose.

- Enseguida bajo nana. - la mujer asintió y me dejo sola.

Mientras dejaba toda la puta tarea que tenía q hacer, comenzaba a preguntarme que mierdas le había hecho al mundo para que Marcelo dependiera de mí a plena tarde.

Baje los escalones y camine con paso firme hasta la oficina de mi padre. Al colocarme en la puerta los dos guardias me analizaron, dijeron algo por sus micrófonos y me abrieron la puerta.

- Me extrañaste o el puesto de jefe te queda grande? - estaba ansiosa , el sábado sería la fiesta a la que Nate me invitó no quería contratiempos y conociendo a mi familia, eso era algo inevitable.

- Siéntate - ordenó señalando la silla justo enfrente de su escritorio.

Me senté y como niña chiquita no dejaba de hacer pucheros, su pose de macho alfa me asqueaba, mientras se quedaba observandome atentamente tomaba un trago de su whisky.

- Y bien me tendrás aquí toda la tarde?- inquerí.

- Tengo nuevas órdenes -relajo sus hombros-Tienes que saber acerca de nuestros planes hermanita, no puedes ir por la vida sin saber las órdenes de tu jefe.

- Escúpelo de una vez Marcelo?

- La tarea de reclutamiento que padre ordenó, va de maravilla. Alexandier lleva solo 3 días en Colombia y ya tenemos un escuadrón completo de nuevos reclutas. Es maravilloso lo que el dinero y el poder logra crear en los más jóvenes. no te parece? - me enarcó una ceja.

- No me vengas con rodeos que no tengo 7 años hermano - escupí, tengo el presentimiento que nada de esto viene con buena pinta para mi.

- Necesitamos alguien que instruya a los nuevos reclutas - sus ojos se posaron en los míos. - Alexandier converso con padre y nuestro Señor tomó la decisión de encargarte del entrenamiento del nuevo escuadrón.

Queria desaparecer, no estaba para mamadas como estas, tenía pensado pasar un último curso aburrida como siempre, incluso pensaba proponerme una vida normal con chicos y cosas así, me importaba una mierda las reglas, no pensaba preparar a un puñado de niñatos extranjeros.

- No podéis buscar a uno de los tantos asesinos que tenemos para que les imparta clases - me sentía furiosa.

- Ninguno de ellos eres tú, estas preparada y capacitada más que ninguno de los hombres que conozco.

- Son carne fresca, carne de cañón, sabes que no estoy para gilipolleces a estas alturas hermano.

- Lo sé perfectamente -tomo su teléfono y marcó un número a los 2 minutos entró Robert - un asesinó que mi padre contrato hace muchos años, para proteger a la familia, nos enseño a la mayoría a sostener un arma y a sobrevivir.

- Padre, puso a Robert a mi disposición mientras él sigue ausente -miró a Robert quién se encontraba a una distancia prudente de mi,  con su traje. - En otras palabras, la tarea está encomendada, regirás y comenzarás el entrenamiento todas las tardes y fines de semanas incluidos, no quiero que pierdas tiempo. - Robert te dará cada detalle de todos los soldados que llegarán.

- Ni una mierda Marcelo, que cojones te creés, no puedes inrrumpir en mi vida, tengo quehaceres y no puedo estar con la preocupación de preparar chicos que no han sostenido una granada en su puñetera vida - Ni siquiera me di cuenta cuando le dí un golpe a la mesa con ambas manos y me levante furiosa de mi silla.

Besos En Sangre [+18] Libro#1 Saga Dominante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora