Silencio ; Ramaela

Amigos

Narra Nacho.

¿Dónde se había metido mi hermano? llevaba un rato esperándolo desde que llegué a casa. Me pregunto que habrá pasado. El sonido del timbre me saca de mis pensamientos.

-¿De dónde vienes tan feliz?.-Lo miré de arriba abajo al abrir la puerta.-Quiero saber dónde y con quién has estado.-Le aseguré.

-Sí, mamá.-Se rió. No sé que es lo que se le pasa por la cabeza, pero él sólo está así cuando consigue algo que quiere, como un niño.

-Enserio.-Puse mi mejor cara de seriedad.

-Está bien.-Rió mientras se dirigía a la cocina. Yo lo seguí esperando una respuesta.-He quedado con Mica.-Dijo como si nada.

-No, ni hablar.-Me negué, lo miré con enojo.-No quiero que estés con ella.-Aseguré.

-La invité mañana para salir con nosotros.-Continuó.

-Cada vez que hablas me dan más ganas de matarte.-Lo miré mal.-No la quiere nadie, que no entiendes. ¿Necesitas un croquis?.-Le reprendí.

-La quiero yo, es mi capitana y me ayudó mucho.-Me rectificó.

-Que atrevido por favor.-Me llevé la mano derecha al puente de mi nariz mientras cerraba los ojos. Estaba por desmayarme, qué le pasa.

-¿Qué? yo no soy un resentido como tu.-Dijo tan natural, como si nada, y se quedó tan tranquilo.

-¿Ya te estuvo llenando la cabeza? no te la puedo creer.-Sacudí mi cabeza.

-No, no hace falta. Es la verdad. Te cambió por Pitu y chau Mica, ya no quisiste saber más de ella.-Respondió, abrí los ojos tanto ante su respuesta que casi se me salen de órbita.

-Está bien. Tomemos aire.-Baje la voz y respiré profundo.-¡¡Se puede saber qué te pasa!!.-Grité.-Idiota, que te hace pensar que no te va a dar la puñalada en cuanto tenga ocasión.-

-Problema mío, no quieren que la lleve, bueno tampoco voy yo.-Se encogió de hombros.

-Se acabó la conversación, no quiero verte, me voy a mi habitación.-Corte está discusión de besugos. Que haga lo que quiera, yo ya lo advertí.

Narra Mica.

Terminamos de entrenar, la verdad que estaba muy orgullosa de mi equipo, aunque sentía que yo no estaba al 100%. Sentí una mano tocar mi hombro y me giré. ¿Nacho?.

-Ignacio.-Resoplé.

-Micaela.-Respondió.

-Acabemos lo antes posible.-Dije sin ganas.

-Por supuesto. Aléjate de mi hermano.-Me dijo de una forma fría y muy convencido de que le haría caso.

-¿Quién te crees que eres? pero vete con tus amigos, no me jodas.-Le dí la espalda.

-No te quiero cerca de él ¿me escuchaste?.-Alzó la voz, haciendo que todos se giraran a vernos.

-Por supuesto, ya voy a hacerte caso corriendo ridículo.-Le grité.

Todos los del rojo y el verde se acercaron.

-¿Qué pasa Nacho?.-Preguntó Rama.

-No pasa nada solo le dije lo que hablamos anoche.-Respondió.

-¿Hablaron de mi?.-Me giré a mirarlo, el me miró sin saber que decir.

-Si pero...-

-Y encima mal.-Lo corté.-Cómo pude confiar en ti, que idiota.-Me llevé la mano a la frente.