Silencio ; Ramaela

Orgullo

Narra Mica

-¡Devuélveme mis protecciones Rama!.-Grité mientras corría detrás de él en los pasillos.

-Si los quieres ven.-Rió. En ese momento, la parte maliciosa de mi cerebro ideó un plan más práctico para conseguir lo que quería. Me tiré al suelo y comencé a gritar.

-¡Ayúdame me he hecho daño!.-Lo llamé, el se giró y al verme su cara cambió completamente, adoptando una cara de preocupación.

-¿Estás bien?.-Se puso en cuclillas analizando en qué zona exactamente me podía haber hecho daño. Rápidamente le saqué mis protecciones de su mano y me levanté.

-¡Já!.-Dije victoriosa.

-Tramposa.-Me miró mal.

-Estratega más bien.-Lo rectifiqué. Traté de apartarlo para pasar, pero me acorraló aún más entre él y la pared.

-Quiero mi recompensa.-Sonrió de lado.

-Tu recompensa será  no hacer que te tragues las protecciones, eso es suficiente, déjame pasar.-Le advertí seriamente. Ambos nos miramos en silencio hasta que él finalmente cedió cuando reconoció en mi mirada un rotundo ''no''.

-Para besar con motivo de la RCP, al novato delante de las cámaras genial, pero a mi no me das ni la hora. Luego te haces la difícil, la complicada...estoy harto de ver en todos lados vídeos nuestros donde se ve como trato de acercarme a ti y abrazarte y ese tipo de gestos y tu me empujas, me apartas, me alejas. Me has cansado.-Dijo irritado.

-Jamás te dije que yo sintiera algo por ti.-Contesté.

-No, por supuesto ¿pero sabes qué? todos veían que algo había. Y pensaba que si todos me decían que se veía algo raro, especial...pensé que si todos lo pensaban menos tú, era solo por que te cegaba el orgullo, o era una coraza. Lo de la coraza lo descarto, con Mike no parecías tenerla. Y tu orgullo, tu orgullo te va a acabar matando.-Me miró fijamente. Yo no sabía que responder.

El hizo una mueca, estaba muy enojado. Acto seguido se dio media vuelta y desapareció entre los pasillos del canal. Realmente me habían impactado sus palabras. No es como el lo plantea...no exactamente. Si que me gusta, más bien me atrae, pero cuando lo tengo cerca solo quiero mandarlo lejos, para no ilusionarme para nada. Todos conocemos a los Nayar y como de generosos son con su ''hotel''. No me interesa en absoluto tener que vigilar a un chico que no se quita el parche de pirata ni para dormir.

Llámalo Dios, llámalo energía...había algo que me atraía hacia él de una manera demasiado intensa, pero yo no podía dejarme llevar por eso, tenía que escuchar a mi cabeza. Inmersa en mis pensamientos, no noté que el programa empezaba en diez minutos. En tiempo récord me cambié y entre corriendo al estudio.

Lo busqué con la mirada, pero no estaba en la casa verde, ni tampoco hablando con un productor. Miré la casa del rojo, pero nada. Me acerqué para preguntarle a Nacho si sabía donde estaba, pero al verlo salir de detrás de los escalones de la casa roja donde los participantes se sentaban, frené en seco. Estaba con Soso, su supuesta novia falsa, de la mano y sonriente. Por unos segundos nuestras miradas se cruzaron. La suya reflejaba rabia, y la mía apostaría mi estancia en el programa a que reflejaba un dolor camuflado de ira.

Narra Rama

Vi como Mica nos miraba atentamente. Ella, ella y su cabecita llena de histeria seguro que pensarían cualquier cosa menos lo que realmente está pasando, y dudo que, por lo que alcancé a ver en sus ojos, me dejase explicárselo hasta que se calmara y me gritara cuarenta veces como me odiaba. Suspiré y volví a mirar a Soso, tratando de sonreír.