Amigo

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Recomendación: escuchar la canción durante todo el capítulo.

Narra Rama

Me hacía enojar tanto a veces que me llegaba a perder la cabeza. La conversación no va a ningún lado, por que ella nunca me toma en cuenta. Yo sé lo que se, y sé que no es buena para mi, y yo sé lo que lo nuestro no está destinado a pasar.

Este es mi dilema, una parte de mi la quiere, pero mi otra parte la quiere olvidar. Este es mi dilema, desde el momento en que la conocí no puedo sacarla de mi cabeza, y me digo a mi mismo que debo huir, pero por otra parte me siento tan atraído. Mi dilema es ella.

Sus ojos dicen tantas mentiras, pero creo en ellos cuando miran a los míos. He escuchado los rumores pero no los aclaras, supongo y espero que sean por mi. Podría vivir sin ella, su sonrisa, sus miradas y todo lo que me hacen sentir. Podría vivir sin ello, pero no quiero. Me hace perder la cabeza algunas veces...

-¿Qué te pasa?.-Preguntó mi hermano entrando en mi habitación.

-Mica se ha ido, necesitaba un tiempo.-Respondí fríamente.

-No se lo des. No lo necesita, es lógica de mujeres, me voy para ver si me sigues o no.-Se encogió de hombros.

-No siempre tiene por que ser todo una histeria en bucle.-Rodé los ojos.

-Estamos hablando de Micaela Viciconte.-Rió.

-No me atiende las llamadas, no me responde los mensajes...¿es que siempre me tengo que arrastrar yo? eso no es una relación. No puedo estar yo siempre tirando del carro, por que es una cosa de dos. ¿Qué es esto sino? ¿Qué se mueva el mundo pero yo no? es egoísta.-Bufé.

-Es complicada.-Negó.

-¿Qué haces ahora defendiendo a Mica cuando estaba llorando en vóley y tu riéndote? cara dura.-Lo miré mal.

-Era la situación.-Se encogió de hombros.

-Que gracioso que te regalen una final. Pues te recuerdo que ella te hizo campeón, aprende a respetar desagradecido.-Salí de mi habitación y choqué aposta su hombro contra el mío molesto.

Salí de casa y decidí salir a dar un paseo. Me puse los auriculares y algo de música y comencé a andar. No tenía ganas de nada, me sentía flojo, cansado, agotado...física y mentalmente. Sentía que no podía más.

-¿Ya te dejó solo Micaela?.-Escuché la voz de Sol.

-¿Me estás siguiendo?.-Pregunté sacándome el auricular izquierdo de la oreja para poder escucharla.

-No, estás deambulando justo enfrente de mi puesto de trabajo. Mi turno laboral acaba de terminar, y te recuerdo que mi casa está una calle abajo.-Contestó.

-Tienes razón...-Respondí sacándome el auricular restante de mi oído.

-¿Me vas a responder?.-Arqueó una ceja.

-No me dejó solo por que nunca estuvo conmigo.-Respondí a su pregunta.

-¿Entonces por que sigues yendo a contra corriente cuando ella no mueve ni un dedo por ti?.-Reflexionó.

-Que ella no vaya pregonando lo que hace o deja de hacer por mi, no significa que no haga nada. Yo sé como es, y nadie más que yo tiene por qué saber que hacemos o dejamos de hacer Sol.-Resoplé.

-Y si tanto te importa ¿por qué no estas con ella?.-Me miró curiosa.

-No losé. Tengo miedo.-Pasé mis manos por mi cabello.

-¿Miedo de qué?.-Alzó una ceja.

-De perderla, tengo miedo de que me rechace, o de que me diga ''necesito tiempo''. De que vuelvan a florecer en mí esas heridas que yo ya daba por curadas. Si alguien va a hablar del amor yo no soy el más indicado, ya que muy bien no me ha ido. Pero...-

Silencio ; RamaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora