Montaña Rusa

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Narra Rama

Llevaba ya cuatro días durmiendo con Mica. Ella me pidió que me quedara, aunque a veces se sentía incómoda por pasar tanto tiempo conmigo, ya que no éramos tan amigos. Todas las noches, cuando eran las diez y media, iba a su departamento, cenábamos, y veíamos la tele hasta que nos pesaran los ojos del cansancio. Mica dormía en su cama, yo me sentaba con ella, recargando mi espalda en el cabecero y esperaba a que se durmiera por completo, luego me iba al sofá y me dormía hasta que, en la mayoría de los casos, escuchase su voz gritando de una manera horrible, como si le desgarraran el alma. Era señal de que tenía que ir a tranquilizarla, hasta que se pasara el mal momento y, con la frente llena de gotitas de sudor se durmiera. Cuando esto ocurría le secaba un paño húmedo la frente y regresaba al sofá.

Hoy era otra de esas noches, pero lo bueno no dura demasiado.

-¿A dónde vas? ya nunca duermes en casa.-Me reprochó mi hermano que veía como me dirigía hacia la puerta.

-A lo de un amigo.-Me encogí de hombros.

-Ya, y que vas a vivir allí ahora o como.-Me dijo sin creerme.

-No te pongas irónico y dramático, solo duermo allí. Así puedes hacer lo que quieras con tu novia sin preocuparte por mi.-Respondí indiferente.

-Como digas.-Bufó.


Narra Nacho.

Abrió la puerta y se fue. Esto no iba a quedar, ahora mismo iba a averiguar a donde iba. A lo mejor no debería desconfiar de mi hermano. Pero es raro, no sale, ¿cuál es su excusa para no regresar a casa?

Espere dos minutos y salí detrás de él con cuidado de que no me viera, la verdad que me sentía un poco ridículo haciendo esto. Me planteé volver a casa, pero la curiosidad mató al gato, y este caso no iba a ser menos. El que si que me va a matar es Ramiro como me descubra, mejor voy calentando músculos para que no me dé un tirón corriendo. De repente se paró y llamó a una puerta, me escondí tras un árbol y observé. 

-¡Micaela!.-Ahogué el grito.-La casa de un amigo Ramiro, gato traidor, lo voy a matar.-Susurré. Salí de árbol y lo empecé a llamar a gritos.

-¿Qué haces Nacho?.-Pudo alcanzar el traidor a decir cuando me acerqué a ellos.

-¿A casa de un amigo? traidor  y mentiroso.-Le recriminé.

-¿De qué hablas?.-Me miró sin entender muy bien mi reacción.

-No te hagas el loco Ramiro Nayar.-Lo reté.

-¿Es enserio? vete, deja de armar el drama y vete.-Intervino la rubia.

-Perdón amigo de Ramiro, esto es entre él y yo.-Respondí.

-Nacho, deja de imaginar cosas y ve a casa.-Me pidió.

-No, eres un traidor, infiel.-Le repetí.

-Habló de cuernos el unicornio.-Me interrumpió.

-Basta, Nacho fuera de mi casa o llamo a la policía.-Me retó.

-Ya vamos a hablar Rama, ya vamos a hablar.-Dije mientras este cerraba la puerta en mi cara.


Narra Mica

-¿En casa de un amigo? te avergüenza decir que estás conmigo.-Le reproché ofendida.

-Fuiste tu quien me dijo que no querías que nadie más lo supiera por que no querías drama.-Dijo sin dar crédito a mis palabras.

Silencio ; RamaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora