Traición

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Narra Mica

Había llamado cinco veces a Ramiro, la quinta fue definitivamente la última. Decidí levantarme de la cama y sentarme a desayunar. Me metí en las redes sociales, mientras se cargaban las notificaciones, me hice un café y unas tostadas.

Me dirigí con la taza y el plato a la mesa. Di un bocado a la tostada y comencé a leer todos los mensajes. De repente vi un hilo de tweets de una pelea entre dos chicas que tenían mi foto de perfil. Discutían porque a una de ellas le molestaba que Rama le hubiera cedido su unificación a Florencia para el bailando.

¿Eso era verdad? ¿O era una suposición?. Abandoné la lectura de la pelea juvenil y me dirigí directamente a su Twitter. La unificación es todo el dinero que reúnen tus fans para votarte cuando vas al teléfono ya sea para ganar algo o para permanecer en un concurso.

Comencé a ver sus tweets y sus me gusta. Efectivamente, todo el dinero que él había reunido lo iba a donar ¿a quién? a Flor Vigna. ¿Cómo podía ser tan cara dura? el chico con quien iba a bailar la salsa de tres esa misma noche había quedado sentenciado para ser salvado por el jurado (con los cuales no mantiene una mínima relación de agrado) o el teléfono. Si en el teléfono las fans de Vigna decidían ir a por él para que yo no pudiera acudir al próximo ritmo no sólo jodería mi trabajo, sino también mi sueño.

Él, que me reclamaba que yo lo negaba. Él, que me echaba en cara que me preocupaba más por mi ex que por lo ''nuestro''. Él, que tanto decía amarme...acababa de darle el arma que podía destruirme a mi peor enemigo. Él, que sabe que están pidiendo mi cabeza como pidieron la suya. Él, que sabe lo mal que voy en el teléfono para entrar a la 10 G de Combate y puedo quedar fuera...había dado toda esa suma de dinero a alguien que podía quitarme mi otra trabajo.

¿Cómo podía ser tan inconsciente? ¿Cómo podía ser tan chupa medias de una mujer que le dice lo buen amigo que es pero no le devuelve los gestos? ¿Cómo se podía arrastrar tanto? definitivamente era un cara dura. No quiero que me de el dinero a mi, pero que se lo de a alguien que lo puede usar, con el 55% de posibilidades, para echarme de ese ritmo en el bailando, sabiendo que también me quieren echar de Combate. ¿Cómo ha podido?.

Me sentía traicionada y humillada. No me importaban sus intenciones. Él es amigo de Flor hace mucho tiempo sí, pero quien me mendigaba amor hasta hace menos de 24 horas era él. ¿Esa era su forma de amar? ¿Dejarme sin trabajo? y yo como una idiota sufriendo por que penaba que se había despedido de mi.

Pero esto no iba a quedar así, yo siempre tengo la última palabra y él me va a escuchar. No quiero su asqueroso y sucio dinero, no quiero su ayuda y muchísimo menos su compasión. Si gano algo que sea por mi esfuerzo y el de mis fans, no por él de otros. Pero eso es una cosa, y es que justamente ahora, que está en sentencia mi grupo, él les de toda la guita, sabiendo que corro el riesgo de que la usen en mi contra.

Me terminé rápidamente el desayuno y fregué todo. Me dirigí a mi habitación. Me puse una camiseta de tirantes negra básica, unos vaqueros cortos y unas Vans  negras. Me hice una coleta alta y me puse algo de base, corrector y rímel. Algo de colorete color coral, algo discreto y como siempre mis clásicos labios rojos. Tomé mi móvil y salí de mi casa.


Narra Nacho

Me desperté por los repetidos e incesantes golpes que alguien daba contra la puerta. Pasé mis manos por mi cabello y miré la hora. Las nueve y media de la mañana ¿Quién podría ser a estas horas? bajé las escaleras mientras restregaba mis manos contra mis ojos, los cuales estaban pegados del profundo, intenso y ahora interrumpido sueño.

Me miré al espejo de la entrada antes de abrir. Estaba en bóxer, nada más. Pero tampoco me importó, con suerte asustaría a quien quiera que fuese y podría volver a tratar de recuperar mi sueño.

-¿Qué quieres?.-Abrí la puerta sin fijarme en quien era.

-¡IGNACIO!.-Gritó la chica tapándose los ojos con su mano derecha.

-¿Sabes que hora es Micaela? ¿Sabes avisar antes de venir?.-Dije molesto mientras entraba a la casa a ponerme algo, ella entró.

-¿Sabes lo que es la ropa?.-Me imitó irritada mientras cerraba de un portazo.

-Sí y no duermo con ella, no es que porque hayas venido tú justo me hayas pillado así.-Contesté desde el baño. Me puse un pantalón vaquero que dejé tirado de la anoche anterior. No encontré la camiseta así que salí con el torso descubierto.

-¿Qué pasa, no tienes camisetas?.-Hizo una mueca de asco.

-Cuando babeabas por mi y me armabas escenitas de celos no te quejabas tanto.-Me senté en le sofá.

-No seas cínico y rastrero.-Se puso delante mía.

-Si buscas a Ramiro está durmiendo y no parece tener mucha voluntad de levantarse.-Me adelanté a su pregunta.

-¿Cómo lo sabías?.-Enarcó una ceja.

-¿Te piensas que soy tan estúpido de creer que me vienes buscando a mi? sólo haces cuando te intereso para algo.-Me encogí de hombros.

-Basta de hacerte el superado.-Resopló.

-¿Ha pasado algo?.-Cambié de tema.

-Le ha dado no se cuanta guita a las fans de tu querida amiga Flor.-Suspiró molesta.

-Yo también lo he hecho.-Le resté importancia.

-Tu no me importas y no me dueles. Él acaba de dejarme vendida por segunda vez en menos de una semana. Puedo perder mi trabajo en Combate y ahora mi sueño de estar en el bailando. Entiendo que a ti, perder tu trabajo es algo que a los cinco días se te pase. Para mi, que vengo de una familia humilde no es tan fácil. Necesito comer y vivir.-Dijo con rabia.

-Bueno yo te di de todo, a lo mejor sí que te equivocaste de Nayar.-Le recordé. Ella jamás sufrió ese tipo de situaciones cuando yo estaba a su lado como un perro sin esperar nada a cambio. Hasta me pelee con mis propios amigos por ella, pero ya se sabe como acabo la historia. Ahora no nos podemos ni ver.

-Yo creo que directamente me equivoqué con los Nayar en general.-Desvió la mirada.-No me puedo creer que esté apunto de quedarme sin trabajo y mi sueño peligre, todo por que ahora está de moda chuparle las medias a la otra. Pero luego la mala era yo que lo negaba y lo hacía todo mal, yo era la que lo lastimaba. Quizás era fría, pero jamás le hubiera dejado en la calle.-Derramó unas lágrimas.

Ella tenía razón. Si bien yo conocía las buenas intenciones de mi hermano, quizá debería haber dado su dinero un poco antes, esperar a ver que pasaba, a que ella bailara. Ahora la había condenado a la guillotina, y las probabilidades de escapar de ella eran escasas y complicadas.

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Se vienen una serie de traiciones desastrosas y picantes, espero que les gusten.

Puesto #117 yass, lxs amo enserio, muchas gracias por votar, leer y comentar. Son lo más! Xx.

 Son lo más! Xx

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Silencio ; RamaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora