Mi querida Mavis
Ignoro el momento específico en el que, al fin, esta carta logre alcanzar tus manos, mas no habrá día en el que no piense en ello; en un lugar donde la eternidad es irremediable, las reflexiones son inevitables, bien pudiste apreciarlo de propia mano.
Te escribo esto como muestra de la gran indulgencia que anhelo, dichosamente, que me ofrezcas tras permitirme explicarte los motivos, que, sin lugar a duda, y siendo conocedor de tu impetuoso carácter, por los que no advertí de tu vuelta a casa.
Mas, primeramente, he de ser honesto contigo, con el mismo son que conmigo mismo. En este preciso instante, a duros esfuerzos me siento con la suficiente capacidad para dejarte marchar; verte apaciblemente dormida ante mí es un famélico deleite que deseo revivir cada día de mi vida. Mas soy consciente de que, mencionado capricho, no puede serme otorgado; te hallas en tus primeros pasos de exploración en aquello que a los adultos gustan mencionar como "vida". Y, quizá, en un tiempo atrás, dicha ocurrencia no me hubiese dado absoluta importancia de no ser ahora por ti.
Como bien oíste en aquel cálido atardecer, por si tu obstinada mente decide omitir la información, estoy enamorado de cada parte que compone tu ser. De la valentía que resurge de tu esencia y de las actitudes que te hacen ser quien eres.
Y por esa misma causa, no puedo condenarte a una eternidad junto a mí que aseguro no podrá ofrecerte la felicidad que mereces.
Por esa desdicha que me desampara, al más profundo dolor que aún trato de asimilar, he de dejarte ir.
No obstante, ansío que comprendas que la efimeridad de tu estancia abarcará por la eternidad un sinfín de recuerdos en Nunca Jamás que, de ningún modo, será olvidado. Pues citada ofensa no será, en absoluto, permitida.
Ni por parte de los Picaninny, a los que tanta paz les has ofrecido. Ni por parte de las hadas, a las que tanta alegría les has aportado. Ni por parte de las sirenas, a las que tanto equilibrio les has prometido. Ni por parte de los Niños Perdidos, a los que tanta audacia les has enseñado.
Así, como por mi parte, a quien, en tan breve tiempo, amor has mostrado; aun cuando he podido merecer un estoque final.
Pues bien expuse en su momento, que eres la evocadora de un presente donde ni la mayor amenaza podrá erradicarlo.
Asimismo, y por finalizar, entre el fulgor de la tristeza y la dicha que sólo tú portas el poder de concederme, recordarte que mi existencia, convicta de tu apenada ausencia, se hallará junto a ti cuando tu osada mirada se ice al cielo y atienda a la segunda estrella a la derecha.
Te veré crecer y embarcándote en esta nueva aventura con el más honesto afecto del que mi corazón y alma, completamente tuyos, te ofrecerán eternamente.
Pues no ambiciono tu tristeza si así sucumbe después de esta lectura, sino el deseo de que me recuerdes, y no me olvides, como yo, condenadamente agradecido, haré.
Te amo con la perpetuidad infinita del universo, Mavis.
Tuyo, por siempre jamás.
Peter.
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WANDERLOST
FantasiNo existe peor sensación que ser despojada de tu niñez y ser consciente de que un examen de admisión a la universidad decretará tu nueva vida como adulta, y más cuando has sido criada con una madre que nunca ha perdido su oportunidad para transporta...