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Wrong Love

Mis palabras fluyen entre las páginas de este diario, un testimonio susurrado de un corazón que late en sintonía con el dolor. Enamorado, pero como una mariposa que danza en la penumbra, mis alas se queman con el fuego de un amor que nunca será. Un jodido problema, así describo mi estado, mi corazón postrado ante la belleza de unos ojos que, con crueldad, nunca se posarán en los míos.

Vivo en la resignación, aceptando la inevitabilidad de un amor que siempre se mantiene en el reino de los sueños. Mis noches se tejen con hilos de fantasía, donde su sonrisa, tan celestial como inalcanzable, se convierte en el único faro que guía mi desesperado anhelo. Sueños que despiertan en mi pecho un fuego ardiente, una llama que consume mis esperanzas con cada mirada no correspondida.

Siento arder mi pecho, un incendio que no quema más que mi propio ser. El estómago, retorcido como un nudo imposible de desatar, reacciona ante la risa que, aunque hermosa, nunca será un eco destinado para mí. ¿Qué problema atormenta mi alma? ¿Por qué persisto en amar a quien nunca me amará? ¿Por qué el rechazo se vuelve mi cómoda compañía frente a la incierta búsqueda de la felicidad?

Él nunca me amaría, lo repito como un mantra que resuena en mi mente. Soy un chico, sí, pero no el tipo de chico que despierta su interés. Me enamoré de un sueño, de un ideal inalcanzable. Mi corazón late con fuerza, pero él no lo siente. El amor que profeso es invisible para sus ojos, sumiéndome en la oscura realidad de que nunca seré más que un espectador en la obra de su vida.

Toso, cada tos es un recordatorio tangible de mi sufrimiento. Las pétalos de buhambilia morada caen como una ironía cruel, igualando el color a las flores del hanahaki que me aprisiona. Estoy enfermo, sí, pero no de una enfermedad que pueda curarse con medicamentos convencionales. Mi enfermedad es el amor no correspondido, una maldición que florece en mi pecho y me recuerda implacablemente lo que nunca seré para aquel que ocupa mis pensamientos.

Este diario, mi confidente silencioso, escucha mis lamentos y registra las huellas de un corazón adolescente roto. Las palabras fluyen como lágrimas tatuadas en sus páginas, y yo, un alma perdida en la maraña de emociones inexploradas, continúo escribiendo mi trágica historia de amor en este cuaderno que alberga las sombras de mi corazón.

❝Un Hermoso Desastre❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora