CARISSA
-¿Está pasando algo que quieras compartir?
Mi madre me dirigía la palabra por primera vez en el día.
-No sé a qué te refieres.
-Lo que paso anoche.
-Anoche no pasó nada. –Continúe cortando la carne de mi cena.
Mi hermana le lanzo una mirada a mi madre para que le explicara de o que estaba hablando.
Rose acababa de cumplir quince años, una edad muy temprana según las palabras de mi madre para que asista a eventos sociales.
-Parecía que discutías con Xander en medio de la pista de baile. –Se llevó la taza de café caliente a los labios.
No acostumbraba a cenar, pero siempre se sentaba con nosotras hasta que todas termináramos.
Pensé que con el matrimonio de mi hermana mayor se terminaría esa costumbre, pero me equivoque.
-Viste mal, Xander y yo nunca discutimos.
Moví mi mano restándole importancia a su comentario.
-No me extrañaría que estés envuelta en habladurías debido a ese incidente, podrían estar afirmando algunas cosas...
-Desmiéntelos madre, sabes que es imposible, Xander no perdería el tiempo con alguien como yo, lo has recalcado muchas veces.
-Carissa...
-Termine, la cena estuvo deliciosa, si me disculpan.
Regrese a mi habitación, no me moleste en encender la lámpara.
Me miento a mi misma cuando digo que no importa lo que digan los demás.
Si me importa, siempre me ha importado, más ahora que seré yo la señalada y no el.
Él es quien se acerca a mí, él fue el que quiso bailar conmigo, pero será a mí a quien acusen de fantasiosa.
Escuche como la puerta se abría, conocía los movimientos de Rose aunque no estuviera viéndola.
-Acércate.-Susurre.
Corrió hacia mi cama dejándose caer de golpe, no me levante, seguía con la cara escondida entre las almohadas.
-¿Puedo cepillar tu cabello?
-Claro.
Se movió para buscar uno de los cepillos en mi tocador, regreso y comenzó a cepillarlo con delicadeza.
-Tu cabello es tan hermoso.
Sonreí a pesar de mi tristeza.
-El tuyo es mucho más hermoso.
-Mientes. –Dijo sin dejar de cepillar. –El tuyo siempre ha sido el más hermoso, tú también eres más hermosa que yo.
Reí a carcajadas.
-No me gusta que mientas solo porque crees que estoy triste o algo así.
-¿Estas triste?
-No.
-Quiero que Xander se vaya lejos y no vuelva.
-¿Por qué quieres eso?
-Te hizo algo, no mientas.
Me levante para dejarla en medio de mis brazos, me devolvió el abrazo enterrando su rostro entre mi pecho.
-No me hizo nada, no te preocupes.
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Señorita Daft
RomanceCarissa Daft fue obligada a casarse con el hombre del que siempre ha estado enamorada después de que él la rechazara delante de sus amigos. Escribí esta historia inspirada en un libro que me gusta mucho. Lamento los errores ortográficos, no me juzg...