Capítulo 3

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CARISSA

-¿Está pasando algo que quieras compartir?

Mi madre me dirigía la palabra por primera vez en el día.

-No sé a qué te refieres.

-Lo que paso anoche.

-Anoche no pasó nada. –Continúe cortando la carne de mi cena.

Mi hermana le lanzo una mirada a mi madre para que le explicara de o que estaba hablando.

Rose acababa de cumplir quince años, una edad muy temprana según las palabras de mi madre para que asista a eventos sociales.

-Parecía que discutías con Xander en medio de la pista de baile. –Se llevó la taza de café caliente a los labios.

No acostumbraba a cenar, pero siempre se sentaba con nosotras hasta que todas termináramos.

Pensé que con el matrimonio de mi hermana mayor se terminaría esa costumbre, pero me equivoque.

-Viste mal, Xander y yo nunca discutimos.

Moví mi mano restándole importancia a su comentario.

-No me extrañaría que estés envuelta en habladurías debido a ese incidente, podrían estar afirmando algunas cosas...

-Desmiéntelos madre, sabes que es imposible, Xander no perdería el tiempo con alguien como yo, lo has recalcado muchas veces.

-Carissa...

-Termine, la cena estuvo deliciosa, si me disculpan.

Regrese a mi habitación, no me moleste en encender la lámpara.

Me miento a mi misma cuando digo que no importa lo que digan los demás.

Si me importa, siempre me ha importado, más ahora que seré yo la señalada y no el.

Él es quien se acerca a mí, él fue el que quiso bailar conmigo, pero será a mí a quien acusen de fantasiosa.

Escuche como la puerta se abría, conocía los movimientos de Rose aunque no estuviera viéndola.

-Acércate.-Susurre.

Corrió hacia mi cama dejándose caer de golpe, no me levante, seguía con la cara escondida entre las almohadas.

-¿Puedo cepillar tu cabello?

-Claro.

Se movió para buscar uno de los cepillos en mi tocador, regreso y comenzó a cepillarlo con delicadeza.

-Tu cabello es tan hermoso.

Sonreí a pesar de mi tristeza.

-El tuyo es mucho más hermoso.

-Mientes. –Dijo sin dejar de cepillar. –El tuyo siempre ha sido el más hermoso, tú también eres más hermosa que yo.

Reí a carcajadas.

-No me gusta que mientas solo porque crees que estoy triste o algo así.

-¿Estas triste?

-No.

-Quiero que Xander se vaya lejos y no vuelva.

-¿Por qué quieres eso?

-Te hizo algo, no mientas.

Me levante para dejarla en medio de mis brazos, me devolvió el abrazo enterrando su rostro entre mi pecho.

-No me hizo nada, no te preocupes.

Señorita DaftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora