CARISSA
-¡Lo sabía! ¡Lo sabía! El sonido de la voz detrás de mí me hace saltar. No había sentido la presencia de Beatriz en ningún momento. ¿Desde cuándo estaba observando la misma escena que yo?
-¿De qué hablas? —pregunto, adentrándome en la habitación para bloquear su vista hacia Xander, quien conversa con la misteriosa mujer.
-¿A qué te refieres, Beatriz? —insisto. Beatriz mueve la cabeza como si estuviera sopesando sus palabras.
Mis intentos por ocultar la vista al jardín resultan inútiles cuando Beatriz me empuja sin miramientos hacia el balcón. La sigo, pero esta vez no hay nadie a la vista.
Ella entra nuevamente en la habitación con pasos decididos y se acerca a la puerta. Estoy segura de que se marchará, pero se detiene a medio camino y se planta frente a mí.
-Me pareció tan extraño que alguien como Xander se fijara en ti —dice, examinándome de pies a cabeza—. Vine aquí convencida de que te encontraría con una enorme barriga. Estaba segura de que esa era la razón de tu matrimonio tan repentino, pero no es así —añade, frunciendo el ceño al observar mi vientre.
-Todavía no lo entiendo. Durante estos meses he tratado de descubrir la razón detrás de tu extraño matrimonio, estoy segura que ideaste un malévolo plan para atraparlo.
Elevo una ceja. –Él no viviría contigo por su propia voluntad, pero ahora veo que Xander tiene una hermosa amante, mis sospechas son ciertas, fue obligado, por eso existe esa mujer, le facilita la tarea de vivir a tu lado.
Todas mis inseguridades flotan en la superficie de nuevo.
Qué ingenua fui al pensar que Beatriz quería redimirse y convertirse en una nueva persona. En realidad, sigue siendo la misma de siempre: una mala persona en todos los sentidos de la palabra.
-¿Terminaste? Bien, ahora sal de mi habitación inmediatamente. –Intento que mi voz suene firme, aunque por dentro tengo muchas ganas de llorar.
Beatriz da pequeños pasos lentamente hasta que su rostro queda pegado al mío.
-Dime, prima, la curiosidad no me permite dormir tranquila. ¿Por qué alguien como Xander se casaría contigo? ¿Te metiste en su cama?
-Pensé que eras diferente. Creí que el matrimonio había hecho algo con tu negro corazón. Veo que sigues siendo la misma persona. No te importa herirme con tus palabras.
Parpadee con rapidez para que mis lágrimas se secaran.
Chasqueo la lengua. –Al menos ya no te golpeo. –Sonrío. –Dame un poco de mérito por eso.
-¡Sal de mi habitación! –Extendí mi mano señalando la puerta.
Necesitaba que se fuera o mi estómago se vaciaría en su presencia.
Ignora mis palabras y se sienta en mi cama.
-Quizás tu aspecto sea diferente. No pareces la misma de antes. No en el exterior. Admito que tu cambio me ha impresionado, pero eso no quiere decir que hayas dejado de ser la misma de antes.
-No me interesa nada de lo que salga de tu boca, Beatriz. Quiero que te vayas.
-¿Cómo puedes vivir así?
-¿De qué hablas? –Dice exasperada.
-Por eso nunca me agradaste. Por eso hacía lo que hacía contigo.
Beatriz se levanta de la cama y arregla su vestido.
-Siempre permites que los demás te pisoteen. –Levanta la mano para contar con sus dedos. –Tu padre, tu madre, tu hermana, yo. –Suelta una pequeña risa. –Ahora Xander, porque es evidente que esa mujer es su amante. La trae a tu casa y te escondes para no hacer nada al respecto.
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Señorita Daft
RomanceCarissa Daft fue obligada a casarse con el hombre del que siempre ha estado enamorada después de que él la rechazara delante de sus amigos. Escribí esta historia inspirada en un libro que me gusta mucho. Lamento los errores ortográficos, no me juzg...