Capítulo 5

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XANDER

Toda mi vida me he sentido afortunado de contar con una familia amorosa que me apoya en todas mis decisiones y me alientan a ser mejor.

La mañana de mi regreso me recibió mi madre y mi hermana como si hubieran pasado años desde que viaje a dirigir la empresa que con mucho esfuerzo construyeron mis antepasados.

Estaba feliz de regresar y a la vez ansioso por ver a Carissa, no respondió ninguna de mis cartas y estoy seguro que ni siquiera las abrió.

Se lo orgullosa y testaruda que puede llegar a ser.

No pude dejar de pensar en ella en todo el tiempo que estuve de viaje.

Estoy decidido a enmendar mi error y recuperarla por completo.

-Hola Richard.

Salude al mayordomo de los Daft en cuanto abrió la puerta, no espere una invitación para entrar.

-¿Se encuentra Carissa?

Richard no respondió cuando ambos fuimos interrumpidos por el llanto de una mujer en la sala de estar.

Sin esperar nada camine en busca de la persona que emitía los sonidos.

Camine de prisa encontrándome a la señora Daft con las manos sobre su rostro y una de sus sirvientas ofreciéndole un pañuelo.

-¿Qué sucede?

Le hable a la sirvienta quien negó con la cabeza, pro no abrió la boca.

-Oh Xander. –Dijo la señora Daft en cuanto me vio.

-Es una tragedia, una desgracia. –Dijo con la voz entrecortada.

-Señora Daft. –Dije poniéndome a su altura. -¿Qué le sucede? ¿Es Carissa? –Pregunte alarmado.

No podía calmar su llanto, tome el pañuelo que estaba sobre una de las sillas y se lo ofrecí, esta vez si lo acepto.

-Dígame, ¿Qué está pasando?

Trato de calmarse antes de hablar.

-El señor Daft dejo muchas deudas, he estado pagando, pero los intereses nos están comiendo, se ha acabado la fortuna de mis hijas.

Volvió al volumen habitual de sus llantos.

Poco antes de fallecer, el señor Daft había entrado en negocios de dudosa reputación, como era de esperarse, perdió la mayoría de su dinero.

-Habrá algo que pueda hacerse.

-No lo hay, no tengo nada más que ofrecer, el dinero se acabó y he vendido a lo largo de los años algunas de las propiedades que nos dejó mi esposo, solo tengo esta casa y la casa del campo.

-Charles debe ayudarles.

-Charles es más pobre que nosotros en estos tiempo Xander, está en la ruina apenas puede mantener a Georgia.

-Lo siento tanto señora Daft.

Toco mi mano cuando desvié la mirada hacia las escaleras.

-Por favor, no digas nada, lo solucionare, no se lo menciones a mis hijas.

-Por supuesto.

Con la yema de sus dedos limpio sus mejillas y llamo a Richard para que me ofreciera algo, por supuesto, me negué, solo estaba allí para ver a Carissa.

-¿Podría hablar con Carissa?

La señora Daft asintió.

-Esta indispuesta. –Dijo Richard con la mirada en el techo.

Señorita DaftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora