CARISSA
Tengo la vista hacia el techo mientras estoy acostada sobre mi cama.
Estoy aburrida quiero salir a despejarme, pero eso significa la posibilidad de verlo.
Prefiero evitar el escenario.
Madre como la mayoría del tiempo se la pasa ignorándome por lo que no ha notado que no he visitado a Leonor o que no he salido de casa en más de una semana.
Rose mi mira con recelo cuando deambulo de arriba abajo por la casa, deje de hacer eso, ahora lo hago en mi habitación.
Me paro frente a la ventana con cuidado de no ser vista por nadie del exterior, observo la casa de Xander, como siempre se ve impresionante y en silencio, si el lugar no estuviera impecable cualquiera pensaría que es una casa abandonada.
Un fuerte golpe viene de la plata baja haciéndome correr para averiguar qué es lo que está pasando.
Entro al estudio de mi padre porque es donde sospecho que se ocasiono el ruido.
-Madre ¿Qué pasa?
Está sentada detrás del escritorio con miles de papeles dispersos por toda la mesa.
No responde solo se limpia las lágrimas que recorren sus mejillas.
Cierro la puerta antes de que alguien o más bien Rose nos escuche.
-Tu padre, tu maldito padre es lo que pasa. –se tapa la boca con ambas manos para evitar seguir hablando.
-Nos dejó en la calle y ya no sé qué hacer para solucionar esto. –Señala los papeles.
Tomo algunos y los leo, en ellos detallan la cantidad de dinero que mi padre quedo debiendo a muchas personas.
Ojeo los demás y las cuentas no se acaban, se incrementan y en cantidades imposibles para nosotras.
-¿Qué haremos?
Me arrepiento de la pregunta al ver su estado.
-No sé qué más hacer, he vendido todo lo que teníamos, solo nos queda esta casa y la casa de campo.
Se mueve hacia donde están las botellas de vino, la veo beber como una persona corriente y no como alguien que siempre sigue las reglas de la sociedad.
-¿La casa de campo no liquida la deuda?
-No, no cubre ni una cuarta parte de ella.
-Tal vez mi hermana pueda ayudarnos.
Madre ríe sin ánimo.
-Ellos tienen menos dinero que nosotras Carissa, no hay solución, tengo que hacerlo.
-¿Hacer qué?
-Vender esta casa.
[...]
-No tenía idea que la situación era tan mala.
-Lo es.
Leonor y yo estamos tomando el té en su casa, me reúse por días a venir, pero no pude más, necesitaba hablar con alguien de lo que estaba pasando en mi familia.
Además quería pasar unos días a su lado antes de que debamos abandonar nuestro hogar.
Dejo la taza sobre la mesa al recordar que esta puede ser de las últimas veces que nos reunamos.
-Puedes visitarme cuando quieras.
-Estoy segura que lo hare aunque te voy a extrañar tanto.
-No quiero irme, pero esto está fuera de nuestro control.
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Señorita Daft
RomanceCarissa Daft fue obligada a casarse con el hombre del que siempre ha estado enamorada después de que él la rechazara delante de sus amigos. Escribí esta historia inspirada en un libro que me gusta mucho. Lamento los errores ortográficos, no me juzg...