Capítulo 7

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CARISSA

Una vez escuche a mis padres teniendo una acalorada discusión.

La mayor preocupación de mi madre siempre fue el hecho que no pudiera encontrar un pretendiente a la altura.

Con lo que no contaba mi madre que durante todos mis años en sociedad los pretendientes que ella consideraba por debajo de nuestra familia no estaban interesados en mi.

Sí durante el tiempo que se me considero elegible no recibí una propuesta mucho menos lo haría ahora.

-Deberías descansar. –Me acerque a ella para tomar su mano como una forma de consuelo.

Las deudas la tenían muy nerviosa haciendo que salga de la realidad.

-Escúchame. –Tomo mi mano con fuerza antes de que la soltara. –Encontré un hombre que está dispuesto a casarse contigo.

-Madre. –Susurre. – ¿Por qué alguien querría casarse conmigo? –Permaneció en silencio por varios segundos, le di una sonrisa cuando no supo que decir.

Sin inmutar palabra alguna soltó mi mano y se dio la vuelta sin dedicarme una mirada durante el camino.

Me quede plantada con la mano en el pecho y la mente cansada, si madre estaba en ese estado es debido a las preocupaciones que no la dejan dormir.

Quisiera tener todo el dinero que necesitamos o tener una forma de ganarlo para acabar con este sufrimiento y no tener que llevar a mi hermana lejos de la ciudad.

Pase la tarde en mi habitación buscando algo de valor para poder recaudar algo de dinero.

Las joyas que me dieron a lo largo de mi vida no eran tan costosas como necesitábamos, pero estaba segura de que podrían ayudarnos durante algún tiempo cuando estemos viviendo en el campo.

No me importaba venderlas a pesar de ser todas regalos de mi padre además en nuestra nueva casa no tendría un lugar donde lucirlas.

Iba de camino al comedor cuando vi a Rose correr hacia mi.

-Carissa. –dijo abriendo sus pequeños brazos para que la cargara.

Lo hice sin dudarlo, repartí pequeños en su coronilla antes de dejarla en el suelo.

-¿A dónde vas?

-A jugar al jardín. –Hice un gesto con su dedo índice llevando a su boca para que guardar silencio. –No le digas. –Susurro. –dijo que desde ahora debo portarme como toda una señorita.

Desde que no pude encontrar un pretendiente, madre ha sido más dura con Rose, a madre le preocupar que mi pequeña hermana acabe como yo.

Sonreí asintiendo y le guiñe un ojo antes de que desapareciera corriendo.

Los siguientes días pase las tardes en la casa, Xander deambulaba por las calles a menudo, no pretendía verlo.

Supongo que entendió que nuestra amistad termino y lo mejor es ser cordiales y educados cuando nos topemos.

Cada vez que salía de casa, me detenía un momento para admirar mi casa, la casa donde crecí y pase toda mi infancia hasta el día de hoy.

Madre no había mencionado nada sobre la venta de la casa, pero estaba segura que muchas personas estarían interesadas en adquirirla, especialmente porque esta frente a la casa de los Birdwhistle.

No hay nadie en la alta sociedad que no quiera ser amigos de ellos o estar cerca de ellos.

Había visto a mi madre serena y sonriente desde el día que me dijo que podía salvarnos si me casaba, sin ánimo de romper su burbuja permanecí en silencio.

Señorita DaftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora