Capítulo 4

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CARISSA

Ha pasado un año desde que escuche aquella conversación detrás del arbusto.

Han pasado tantos días, semanas, meses y yo sigo con el corazón herido.

La familia Porter camina delante de nosotros, sus dos hijos mayores con poco disimulo me observan desde el otro lado del salón

Ambos estaban con Xander aquella noche.

Sin miedo a que alguien me observo giro la cabeza como señal de desagrado hacia ellos.

Espero que esta vez no se acerquen a mi como lo han hecho antes para invitarme a bailar.

Me he negado cada vez.

Mi sonrisa resplandece cuando Leonor entra en mi campo de visión, imita mis gestos a medida que se acerca a nosotras.

-Te busque en el jardín

-Acabamos de llegar.

-Buenas noches señora Birdwhistle.

La señora Birdwhistle se caracteriza por ser una persona amable y bondadosa haciéndola una dama muy querida entre la sociedad.

-Hola Carissa.

Nuestras madres empiezan una amena conversación, me uno a ellas cuando Leonor salta a la pista de baile con uno de los hijos de la señora Spencer.

-Me duelen los pies.

-No has dejado de bailar durante toda la noche.

-Deberías seguir mi ejemplo y animarte a bailar.

Me regalaba cierta calidez que Leonor dijera eso, desde que Xander se fue no había bailado en las fiestas.

Era el único con el suficiente valor para dejarse ver a mi lado.

-Señorita Daft, ¿Me permite la siguiente pieza?

La voz vino la de la boca de Leonel Porter, un hombre en la mitad de sus treintas, había enviudado hace más de siete años, no se había vuelto a casar aunque se rumoraba que su familia estaba ansiosa por no haber encontrado una esposa para el.

Mi mente se paralizo al tratar de encontrar una excusa para rechazarlo, dirigí mi mirada a la mesa, todos me observaban, no había manera de que dijera que no.

Me levante lentamente mientras que el extendía su mano para tomar la mía.

Cuando no lo hice coloco su palma sobre mi espalda baja dirigiéndome a la pista de baile.

Empezamos a bailar, Leonel no dejaba de verme, no baje la mirada, cualquiera podía ver que estaba a punto de lanzar dagas a través de mis ojos.

El parecía que no se daba cuenta.

Espere un comentario hiriente durante todo el baile, pero no hubo nada, solo me observaba como un halcón.

Cuando el baile termino hice un gesto con mi cabeza antes de irme.

-¿Podemos bailar de nuevo?

Dijo a mis espaldas.

-¿Por qué?

-¿Por qué? –Repitió mi pregunta con la frente arrugada.

-¿Por qué bailar conmigo?

-Me apetece un poco más de su compañía. –Menciono sonriendo.

-Nadie quiere estar relacionado conmigo, si esto es un juego, lo he complacido. –Hice un gesto educado antes de retirarme hacia la mesa donde se encontraba mi madre.

Señorita DaftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora