Capítulo 24

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CARISSA

Las puntas de mis dedos dibujan círculos sobre las sábanas blancas, cierro los ojos cuando alguien más imita mis movimientos, pero no en las sabanas, lo hace sobre mi espalda desnuda.

Me da pequeños besos a lo largo de la columna hasta terminar en mi cuello en donde da pequeños mordiscos que me hacen reír.

Estoy a punto de abrir los ojos, pero me detengo cuando masajea mis hombros con delicadeza.

No hemos hablado de lo que paso la semana pasada, no gracias a mí, sino a él, que ha evadido cada una de mis preguntas, afirmando que no es nada de lo que deba preocuparme.

Pero esta vez no sé si debería creerle porque su comportamiento reflejó todo menos tranquilidad, aunque se esfuerce por aparentar una falsa calma.

El amigo de Xander, el dueño de este lugar, ofreció sus más leales empleados para que nadie entre sin permiso porque las flores al parecer no fueron colocadas dentro de la casa por alguien que trabaje aquí o eso fue lo que dijeron.

Durante ese día estuve encerrada en la habitación con mi hermana hasta que todo fue botado a la basura, Xander debió hablar con Rosé porque ella no hizo ni una pregunta, es más, fingió no haber visto nada, lo que agradecí porque no habría sabido qué decir.

De la carta sé menos que nada, se limitó a decir que era una broma de mal gusto, culpo al señor Potter y quiero creerle, pero...

Además de que Rosé fue enviada a la casa de madre unos días después, me sentí tan vacía al verla partir, pero pronto viviremos juntas, Xander lo prometió.

El siempre cumple lo que promete.

Toma mi mano, besa cada uno de mis nudillos para llamar mi atención y por fin abro los ojos.

-Deberíamos salir de la cama, hemos estado mucho tiempo aquí.

Asiento con los ojos somnolientos.

Tengo que hacer muchas cosas antes de partir, salir de casa en estos momentos no está a discusión por lo que todo debe ser a través de los sirvientes.

Xander dijo que regresaremos en poco tiempo, por lo que esta casa continuara siendo nuestro hogar al volver.

Me encanta la idea, el sitio es hermoso, el jardín es espectacular, podría pasar días enteros admirando cada una de las plantas que cuidadosamente han cultivado en el.

Después de comer salgo a dar un paseo por los alrededores de la casa, con alguien cuidándome, por supuesto, es una exageración, lo he estado meditando y el autor de la pequeña broma debe ser mi ahora cuñado, no existe otra opción.

Recuerdo lo que dijo en aquel baile, esto debe ser solo una de sus artimañas para dejarnos un mal sabor de boca mientras está de viaje con Emma.

Llega el día de nuestra partida, le doy algunas cartas a una de las doncellas para que se las entreguen a las personas más queridas por mí porque no podre despedirme de nadie.

Me voy un poco melancólica, pero no tanto como la primera vez que me fui porque Xander me dijo ayer durante la cena que no podemos aplazar el viaje por más tiempo, pero que regresaremos en poco tiempo.

Al regreso arreglará todo para que Rosé viva con nosotros y si debemos volver, ella también nos acompañará.

Por fin estaremos juntas como siempre lo deseamos, pero esta vez será mejor porque estaremos en un hogar en donde nos respetan.

Rosé no pasará la vida lamentándose como yo lo hice, ella será feliz, su vida será muy diferente a lo que fue la mía.

En cuanto a madre, ella estará bien, ella siempre está bien.

Señorita DaftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora