XANDER
Momentos antes...
Me encontraba sentado en el jardín con el fin de distraer un poco la mente, permanecer tanto tiempo en la oficina me resultaba demasiado cansado.
-¡¿Cómo te atreves?!
Una pequeña mujer rubia salió de los arbustos con una expresión evidente enfado.
El rostro de Josephine estaba enrojecido del enojo.
Cruce los brazos, sabía que vendría, pero no espere que lo hiciera tan rápido, me pregunto si corrió desde su casa.
No quería prolongar nuestra conversación, por lo que trate de regresar a casa, pero ella bloqueó mi camino.
-Eres un infeliz. –Me señalo con su delgado dedo. –Como te atreves a hablar de eso con mi hermano.
Eleve una ceja.
-Debiste pensarlo antes de mentirle a mi esposa, no tendré una pelea con ella por tu culpa.
-Solo fue una broma. –Dio varios pisotones a la hierba. –Iba a decirle, pero apareciste, todo esto es tu culpa, nunca debiste entrar en la tienda.
Su cabello dorado le cubría el rostro debido a la intensa brisa, haciéndola enojar más.
Se veía tan graciosa que no puede evitar burlarme.
-Ahora mi hermano no me dejará en paz y no podré regresar a la tienda,
-Ese no es mi problema, ahora vete. –Señale con la cabeza el lugar de donde salió.
-Tú... -Tartamudeo. –Debí decirle muchas cosas más.
-Muchas mentiras porque no hice nada malo, pero te advierto Josephine, no te metas conmigo o te irá peor.
-Mi vida no podría empeorar. –Chillo. –Le dijiste a mi hermano que me viste muy cerca del panadero, ni siquiera conozco a alguien que sea panadero.
-Es lo que ganas por meterte conmigo.
-¿Cómo pudiste...?
-Debiste pensarlo mejor antes de decirle a mi esposa que tengo una cuenta en la tienda, no sé lo que estará pensando.
Puso los ojos en blanco.
-Esa chismosa... -dijo con los dientes apretados.
-No es ninguna chismosa, Helen es leal a mí, no pretenderías que no me enteraría de tus juegos infantiles.
-Esto no se quedará así. –De nuevo me señala con el dedo. –Nadie se mete con Josephine Spencer.
Estaba a punto de reírme, pero decidí contenerme porque sería peor, desde que era una niña tiene estas actitudes.
-Ya veremos quien...
Mi pulso se acelera cuando veo a Carissa observándonos desde el balcón, espero que no tenga mucho tiempo de estar ahí.
No me gusta la expresión de su rostro.
Josephine la mira y rueda los ojos.
-No puedes culparme por eso.
Camina a mi lado para alejarse.
-Si tengo problemas por tu culpa. –Se detiene para escucharme. -Deberías estar segura de que hablaré con James para que no permita que sigas yendo a la tienda y juegas a ser alguien que no eres.
Abre la boca con indignación.
-No puedes hacer eso, por favor, hablaré con Carissa, le diré lo que quieras, pero no me delates.
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Señorita Daft
RomanceCarissa Daft fue obligada a casarse con el hombre del que siempre ha estado enamorada después de que él la rechazara delante de sus amigos. Escribí esta historia inspirada en un libro que me gusta mucho. Lamento los errores ortográficos, no me juzg...