Capítulo 15

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CARISSA

-Está observando desde la ventana. –Susurra Helen a mi lado.

Con disimulo levanto un poco la cabeza, mi sombrero cubre la mayor parte de mi rostro, por lo que no podrá ver mi movimiento.

Se encuentra parado con la mirada fija en nosotras desde una de las ventanas del ala oeste.

Desde la discusión que tuvimos en la noche no hemos hablado, me quede en otra habitación a pasar la noche y por la mañana no estaba en casa cuando baje a desayunar.

Está parado viendo hacia acá sin una pizca de disimulo.

Desvió la mirada hacia el frente, no quiero verlo mucho menos hablarle.

Estoy molesta por lo que dijo la modista, me siento tan tonta, no debí ir a su tienda, probablemente sienta pena por mí.

-Creo que ha llegado el momento de entrar a casa.

Helen como siempre asiente sin cuestionar.

De nuevo observo hacia la ventana, pero esta vez nadie está detrás del cristal.

Al pasar por la sala lo veo inclinado en la puerta, paso de largo ignorando su presencia.

No hace lo mismo porque sigue mis pasos por la escalera.

-¿Puedo hablar contigo un momento?, tengo noticias.

Dice cuando me encuentro dentro de mi habitación.

Lo miro esperando que continúe.

-Es una carta de Beatriz, tu madre le menciono donde nos encontramos y casualmente ella no está muy lejos, vendrá unos días de visita.

El sabor de mi boca se ha vuelto amargo, me cubro la boca con una mano al sentir que mi estómago desea escapar.

-¿Estás bien?

Xander se acerca a mí y me sostiene, pego mi cabeza a su pecho mientras continúa haciendo la misma pregunta.

Me lleva hasta la cama donde me quedo sentada y él se inclina hasta quedar a mi altura.

-¿Qué pasa?, estás pálida.

Toca mi rostro con ambas manos.

-Le pediré al médico que venga a verte.

Da unos pasos, pero se detiene cuando tomo su mano para que no se vaya.

-No es nada, el sol está muy fuerte.

Trato de convencerlo de que todo está bien, aunque no sienta lo mismo por dentro.

Se sienta a mi lado sin dejar de verme.

-Ya me siento mejor. –Intento sonreír mientras miento.

-No es lo que parece.

-No estoy mintiendo, solo iré por un poco de agua y estaré mejor.

Me detiene cuando trato de levantarme. –Yo iré.

Sale y dejo caer mi cabeza entre mis manos.

Hace años que no veo a Beatriz, esperaba no volver a verla, cuando se casó, sabía que algún día la encontraría en alguna fiesta, pero encontrarla tan lejos de casa no era un escenario que tuviera contemplado.

Mi prima Beatriz me ha hecho la vida imposible desde que éramos unas niñas, me ha culpado de cada una de sus travesuras haciéndome parecer mala frente a todos cuando ella es el demonio en persona.

Fui castigada tantas veces que no recuerdo todas, he olvidado algunas.

Me golpeaba constantemente cuando nos encontrábamos a solas porque sabía que nadie me creería si hablaba.

Señorita DaftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora