Capítulo 13

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CARISSA

Mis planes de leer hasta medianoche fueron frustrados por el inesperado viaje al que debo acompañar a mi esposo.

Esposo el cual no tuvo la delicadeza de comunicarme sobre el viaje con anticipación.

Tampoco pregunto si deseaba acompañarlo, fue una orden la que me dio.

Veinte minutos después, sobre mis hombros se encontraba una capa de viaje, la cual me acompañaría durante todo el trayecto.

A pesar de todo, me siento encantada por conocer el sitio del que he escuchado tanto durante largos años.

Al llegar al país, vi cómo nos estaban esperando para trasladarnos.

Una hora después, nos encontramos en camino.

El carruaje era grande y lujoso, con asientos tan suaves, capaces de permitir tomar una placentera siesta, perfecto para un recorrido tan extenso, sin embargo, nunca me ha gustado viajar, prefiero la comodidad de mi hogar.

Al poco tiempo de emprender la marcha, mis parpados se encontraban a punto de cerrarse.

Fingí estar en perfecta condición cada vez que Xander desviaba la vista hacia mi lado.

-Intenta descansar.

Ignore su sugerencia fingiendo que no lo escuche, aún estoy molesta por lo que paso en la casa de mi madre.

Además, me parece increíble como tuvo la audacia de llevarme a un lugar tan alejado sin consultarme, pero lo que más me molesto fue que no pude despedirme de mi hermana porque se encontraba dormida.

Estaba decidida a no pegar el ojo hasta llegar al lugar donde nos quedaremos.

No volvió a dirigirme la palabra, Un silencio solemne se extendió dentro del carruaje.

Después de un tiempo volteé a ver a Xander esperando encontrarlo despierto.

Para mi sorpresa tenía la cabeza recostada sobre el sillón y sus ojos estaban cerrados.

Al poco tiempo imité su posición.

***

Una sensación caliente sobre mi rostro me trajo de regreso de uno de los sueños más profundos que he experimentado.

Abrí los ojos lentamente con un poco de dificultad debido a la intensidad de la luz que lastimaba mis ojos.

Trate de estirar mis brazos y piernas, pero un peso significativo lo impidió.

La cabeza de Xander se encontraba recostada sobre mis piernas, sus dedos estaban alrededor de una de mis muñecas ejerciendo un poco de presión a pesar de estar dormido.

Pensé en despertarlo, pero al final no lo hice.

Deje que durmiera un poco más.

Vi por la ventana si estábamos a punto de llegar, pero no se veía nada.

Lo único que era posible apreciar fue nada más vegetación, además del cantar de los pájaros al compás de los pasos de los caballos.

Me recosté en el asiento preguntándome cuanto tiempo faltara para llegar y poder dormir una buena siesta.

Viajamos aproximadamente seis horas más antes de que apareciera una enorme mansión.

Xander me ayudo a bajar del carruaje, ofreció su mano en cuanto pide el primer escalón, me encontraba asombrada de la inmensidad del lugar, parecía un castillo, un castillo muy hermoso.

Señorita DaftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora