CARISSA
Cierta vez escuché decir a mi madre durante sus constantes migrañas que sentía como si un ejército de duendes estuviese martillando su cráneo, pensé que solo estaba exagerando, pero hoy debo darle toda la razón.
Lentamente, abro mis ojos, la habitación esta apenas iluminada por los primeros rayos del sol que se filtran a través de las cortinas.
El dolor púnzate de mi cabeza me obligo a despertar, mi boca se sentía tan seca como el desierto.
Fragmentos del día anterior llegaban a mí en pequeñas porciones, algunos eran claros, dudaba si se trataban de producto de mi imaginación.
Una pequeña risa salió de mí al recordar la increíble tarde que pase con mi nueva amiga, esperaba reunirme con ella de nuevo, es una mujer encantadora.
Estaba completamente exhausta, como no lo había estado en mucho tiempo, el vino había fluido como rio y las risas habían llenado el aire hasta el momento en el que el señor Spencer decidió que era hora de regresar a casa.
A pesar de no ser mi hora habitual para salir de la cama, decidí que era hora de levantarme o dormiría hasta muy tarde.
Trate de incorporarme, pero una mano firme me detuvo.
No había notado que Xander estaba a mi lado, la suave luz que iluminaba la habitación me permitió ver que aún estaba con los ojos cerrados.
Sus labios estaban muy cerca de los míos, peligrosamente cerca.
La resaca no me permitía pensar con claridad en este momento.
Intente recordar cómo fue que llegue hasta la cama, pero todo parecía estar en blanco en mi cabeza.
Baje mi vista hacia mi cuerpo y cerré los ojos a la vez misma vez que aspiraba una bocanada de aire.
Realmente esperaba haber tenido la fuerza para quitarme el vestido.
De nuevo traté de salir de la cama, pero me detuvo como la primera vez.
-Aún es temprano. –Susurro con voz ronca. –Descansa un poco más.
Vi hacia la ventana y de nuevo confirmé que el sol aún no alumbraba en su totalidad.
No quería saber nada del mundo exterior en este momento.
Incapaz de resistirme, asentí.
Quise recuperar mi posición anterior, pero Xander me atrajo a él, acomodándome sobre su pecho.
La habitación se encontraba impregnada de silencio, podía escuchar el latido de su corazón.
La cabeza no dejaba de palpitarme, pero en cuanto sentí el calor de su cuerpo note como el dolor disminuía.
Xander acariciaba mi espalda a medida que el sueño me vencía, me deje llevar por la calidez de su abrazo hasta quedar profundamente dormida.
Antes de dejar que mi mente descansara, pensé en que probablemente no noto el estado en el que llegue ayer, esperaba tener la razón.
De lo contrario, no estaría siendo amable conmigo.
Los malestares eran suficiente castigo.
Cerré los ojos, en este momento, no deseaba pensar en nada.
Me relajé sobre él, ahora mismo no había preocupaciones ni responsabilidades, quería que este momento durara por mucho tiempo.
Me sumí en un sueño reparador esperando que al despertar los efectos de la resaca hubieran desaparecido.
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Señorita Daft
RomanceCarissa Daft fue obligada a casarse con el hombre del que siempre ha estado enamorada después de que él la rechazara delante de sus amigos. Escribí esta historia inspirada en un libro que me gusta mucho. Lamento los errores ortográficos, no me juzg...