My little girl... (Nikki Sixx)

5

NIKKI SIXX
Recuerdo a la perfección aquella noche que toque su hermoso y pequeño cuerpo por primera vez, fue en la sala de mi casa en aquel sofá de piel negro.
Llego en el preciso momento, justo cuando más la necesitaba y justo como lo imagine, ella calmo mis demonios.

Mis manos fueron echas para tocar su cuerpo, sus labios encajaban perfecto con los míos. Estábamos echos para encajar a la perfección, aquella niña tierna e inocente con el hombre pervertido y malo del cuento.

Tocar aquella piel fue como tocar el instrumentomas valioso del mundo el mas fino, sus gemidos fue melodía para mis oídos y ver su cara de placer fue como ir al puto cielo y ver a los ángeles. He estado con demasiadas mujeres, expertas, inexpertas, con senos falsos o falsas chicas. Pero Carrie, es 100% natural en todo sentido, no finge ser otra persona, su pequeño y delgado cuerpo es hermoso. Aquellas imperfecciones me parecieron perfectas. Si es una chica bastante cuidadosa con su cuerpo de eso estoy seguro pero... aquellas estrías pequeñas que tiene en su glúteo derecho, para mi fueron perfectas e incluso notando aquella timidez al mostrar su cuerpo, fue perfecta.

Cada poro, cada parte de su cuerpo es simplemente perfecto. No me importaría si ella tuviese unos kilos de más o de menos, no me había fijado en ella por su cuerpo.

Me deshice de aquella sudadera que me estorbaba, la mire atento y note la inocencia en sus ojos de color almendra. Acaricie su bello rostro y sonreí.
Con mis dos manos quite aquella blusa de seda, sus pechos rebotaron y que atónito. El par de pechos más hermosos a pesar de que no son muy grandes o pequeños.
Ella me miró atenta para saber cual era mi siguiente movimiento. Tomé uno de sus pezones con mi boca, jadeo. Con mi mano libre baje hasta aquel rincón, toque su clitoris y ella dio un pequeño brinco. Note lo húmeda que esta y me da orgullo de saber que esta así por mi.
Acaricie aquel clitoris como si se tratase de la pieza más delicada, su respiración se aceleró y empezó a mover las caderas.
Quite aquel short y de paso baje sus bragas. Mire su zona más íntima, me pareció curioso que este depilada. Hundí mi rostro entre sus piernas.
Pase mi lengua sobre su clitoris, ella se retorcio del placer, metí dos de mis dedos dentro de ella y empecé a follarla con ellos.

- Nikki. - Gimió mi nombre y sonreí contra su clitoris.

Sin dejar de penetrarla con los dedos, fui subiendo al mismo tiempo que dejaba besos húmedos hasta llegar a su boca donde una vez más hundí nuestros labios.
Sus manos bajaron pos mis costados hasta el borde de mis boxers, sentí su urgencia por tenerme dentro porque yo estaba exactamente como ella, moría por entrar en ella y ser uno solo.
Sus manos fueron bajando mis boxers y yo me encargue de sacarlos de mis piernas, dejándolos por algún lado de la sala.
Me posicione entre sus piernas, toque su entrada con la punta de mi pene y ella volvió a gemir.

Entre en ella sin piedad, sus manos se aferraron a mis brazos, encajando sus largas uñas en ellos.
Mis movimientos no fueron delicados, estaba realmente excitado y drogado, no sería nada tierno con ella por más que lo quisiera.
Solo me quedé observando como sus senos rebotaba con cada movimiento.
Salí de ella, la gire para ponerla en 4 y entonces entre de nuevo en ella. La tome del trasero para embestirla con más fuerza. Estoy seguro que en toda la casa se podría escuchar el choque de nuestros cuerpos mezclada con nuestras respiraciones.

Con Carrie, era diferente, no solo era follar por placer, yo sabía que era algo más.

Termino sentada a horcajadas sobre mi, ahora ella se movía, algo inexperta pero eso me daba igual, el placer era aún más grande que con cualquier otra chica. Sus manos rodearon mi cuello y me miro para después besarme.
Terminamos en la posición de misionero, la tome de ambas muñecas con mi mano, poniendo sus brazos arriba de su cabeza y con mi otra mano la tome del cuello.
Empecé a penetrarla con más fuerza, sentí como sus paredes empezaron a presionar mi pene y entonces supe que estaba apunto de llegar al puto orgasmo como yo.
Ella llego primero al orgasmo y yo salí de ella para venirme fuera.
Mierda.
Me deje caer arriba a de ella, puse mi cabeza sobre sus senos. Sentí como su pecho baja y subía de una forma violenta. Sus manos acariciaron mi espalda sudorosa y entonces fue cuando agradecí haber comprado este sofá grande, los dos cabiamos perfectamente en el.
No tengo palabras para describir como me siento, el miedo que tenía hace rato se ha ido con mis demonios.
Fue buena idea que ella hubiese venido.

Sentí aquellas suaves manos como trazaban líneas sobre mi espalda.

- Ven, vamos a la cama. - me levante y la tome de la mano.

Llegamos a la habitación y mi necesidad de más llego, la volví hacer mía en mi habitación.

CARRIE WEBER
Jamás olvidaría aquella noche donde Nikki y yo estuvimos juntos por primera vez.
Sus manos me llevaron al cielo.
Me llevo a su habitación, yo toda inocente pensé que seria para dormir pero no fue así.
Me tumbo sobre su cama, abrió mis piernas y hundió su rostro de nuevo sobre mis piernas.
Sentí su lengua sobre mis labios vaginales, sentí que lamia, succionaba mi clitoris y me hizo ir al cielo otra vez.

Entro en mi en un movimiento brusco y rudo, estaba demasiado excitada para sentir dolor alguno.
Nikki, no fue mi primera vez pero si era el segundo chico.
Mientras me embestia con aquella rudeza, sus ojos me miraron con deseo, me sentí la mujer más hermosa del mundo ante aquella mirada.
Su cabello se pegó a su frente sudorosa, lo tome del cuello y lo bese.

Había deseado esto desde el vestíbulo del hotel.
No se en que mierda me he metido, pero de algo estoy segura y es que no me arrepentiría jamás.

Abrí mis ojos, lo primero que veo es aquel techo de color oscuro. Siento una presión en mi pecho, bajo la mirada y veo aquellos cabellos negros.
Nos tape con aquella manta blanca y empecé acariciar su suave cabello y espalda.
Mire la hora y vi que son las 10 de la mañana. Lo bueno es que estoy de "vacaiones".

De algo estaba segura, Nikki y yo no eramos amigos. No se que eramos pero eramos algo.
¿Sufriría después de esto? Tal vez, pero no me importo.

No hay nada como la primera vez que te entregas a una persona, yo lo hice sin saber que el seria mi todo.
Respire aquel aroma de su cabello, olía limpio y me encantó.
Jamás me cansaría de despertar así a su lado.
Se incorpora y se sienta, me mira serio pero después me regala una sonrisa que me alegro la mañana.

- Hola, Nikki. - Sonrió tímida mientras cubro mi cuerpo con la manta.

- Hola. - se acercó y me tomó de ambas mejillas. - Luces más sexy así. - me dio un beso profundo en los labios. - Iré al estudio con los chicos, ¿Quieres ir?

- Nikki, la única ropa que traigo ahorita es mi pijama. No puedo ir así.

- Tienes razón. - se levantó de la cama, vi lo bien que se ve desnudo.

- Sabes... - volteo conmigo - creo que tengo algo que te puede servir en mi armario.

Se metió a su armario, yo solo me quedé esperando a que me diera algo de ropa "decente".
Después de unos minutos el salió, trae puestos unos pantalones de mezclilla, unas botas, una camisa negra y me da ropa.

- Me va a quedar grande, la ventaja es que siempre uso ropa más grande de mi talla. - Sonreí.

Me levante, me puse mi pantaleta y después la ropa que el me dio.
No me queda nada mal, es un pantalón de piel negro y una playera negra.
Me queda algo flojo el pantalón pero me veo genial.

- Mierda... te vez increíblemente sexy. - me tomo de la cintura y me pego a su cuerpo. - Te volvería a follar pero... tengo que ir al puto estudio.
Vamos. - me tomo de la mano.

- Nikki, tengo hambre. - me miro.

- Allá comes algo.

Al llegar al estudio los chicos me miraron algo raro, no se el porque esas miradas.
Tommy se acercó conmigo, fumo su cigarrillo y después lo apago en el cenicero.

- Oye Nikki, ¿Qué no podíamos traer chicas al estudio? - Comento Tommy y Nikki lo mato con la mirada.

- Fue una urgencia, además Carrie no va a distraernos como sus novias. - Agarro el bajo.

- Carrie, que gusto volverte a ver. - Hablo Mick.

- Igualmente. - Sonreí.

- Te verías mejor con ropa ajustada, corazón. - comento Vince al mismo tiempo que pellizco mi mejilla. - No deberías ocultar tu hermoso cuerpo.

- Vince, puedes agarrar la hoja donde esta la puta letra. - Hablo Nikki, algo molesto.

Los chicos empezaron a tocar y yo quedé atónita viendo a Nikki. Me encantó verlos tocar, me encantó ver como Nikki toca aquel bajo.