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Dos semanas sin cruzar la palabra con Nikki, esto parece un puto infierno. Estoy viviendo en una pesadilla pero supongo que es lo que me merezco después de todo.
Las noches son tan largas y los días días más, no me gusta estar así con el.
Salgo al balcón de nuestra habitación, donde se ve el gran océano y al parecer Nikki también está admirando la belleza.
Me pongo a su lado sin ni siquiera mirarlo, no tengo palabras para comenzar una nueva conversación. Además supongo que el sabe que he estoy tomando mis pastillas adecuadamente e ido constantemente a las citas con el médico.
Toco aquel frío metal y miro sus grandes manos. Sus dedos se mueven de arriba hacia abajo, como si estuviese tocando el piano en el metal.

Vivir así no es para nada vivir, necesito hablar con el, necesito volver a sentirlo cerca de mi ya que a pesar de que estamos tan cerca y durmiendo en la misma cama es como si estuviéramos a kilómetros de distancia.

- Nikki. - me animo a decir sin nisiquiera mirarlo.

- ¿Mmmm? - dice también sin mirarme.

- No puedo seguir viviendo en la misma casa y no dirigirte la palabra, todo esto me matando. - lo miro y veo como el viento mueve su cabello de un lado a otro.

- Me mira serio. - ¿Como se supone que debo de actuar? - me pregunta.

- Estar conmigo.
Estoy tomando mi medicamento como me lo ha dicho el médico y...

- Me da gusto que estés tomando tu medicamento, Carrie. Pero deberías de hacerlo por ti y por nadie más.

- Lo hago por mi y por ti. Por nosotros.
Me estoy muriendo lentamente viendo como estamos juntos pero a la vez estamos muy distanciados.

- ¿Piensas que a mi no me duele todo esto?

- No, por supuesto que también te duele.

- Las cosas no están saliendo como pensamos que saldrían. Todo se está yendo a la mierda y mientras todo esto pasa tengo que disimular una puta sonrisa ante todo el mundo. - suspira. - He tomado alcohol porque me siento impotente de poder ayudarte.

Miro hacia el océano y veo lo hermoso que se ve el cielo.

- No quiero que vuelvas a caer en la heroina...

- Tranquila, no va a suceder solo es alcohol. - dice sin importarle.

- Nikki, ¿Puedo abrazarte? - vuelvo a mirarlo y el frunce el seño. - Lo siento. - vuelvo a mirar el océano y siento sus brazos rodearme.

- No seas tonta, jamás tienes preguntarme eso. - acaricio mi vientre.

Me voltee de frente a él para abrazarlo más cómodamente y así hundir mi cabeza en su pecho.
Había extrañado tanto sus brazos sobre mi, sus latidos de su corazón y aspirar su aroma. Siento como acaricia mi cabello y me pega más a el.

- Lamento ser un hijo de perra de contigo. - dice.

No tengo palabras para decirle algo, solo me aferro más a el, me aferro tanto que si fuese posible me hundiera en su piel para ser una misma persona.

- Supongo que soy una mujer demasiado molesta aveces. - me aleja un poco de el y me toma de ambas mejillas con sus manos.

- Eres demasiado molesta pero siempre ha sido así desde que te conozco y eso jamas lo cambiaría por nada del mundo. - acaricio mi mejilla. - Supongo que parte de eso me enamoro de ti. .

- Eres un tonto, Nikki. - sigo con voz quebrada y las lágrimas comienzan a salir de mis ojos.

- ¿Ahora porque lloras? - pregunta sorprendido..

- Porque siempre soy yo la que termina por estropear todo esto. - digo llorando.

- ¿Qué? No, no seas tonta.

My little girl... (Nikki Sixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora