36.

216 17 4
                                    

De regreso a casa más inútil que antes pero un poco más gorda, bueno más bien estoy con mi peso normal.
Estoy parada en medio de aquella sala, los muebles me parecen nefastos y yo me siento de la misma forma. Siento que no encajo ya en ninguna parte del planeta y donde se supone que debería sentirme agusto me siento como absoluta extraña.

- ¿Qué sucede? - pregunta Nikki mientras se posiciona a mi lado. - ¿No estas feliz de volver a casa? Digo, cualquiera estaría feliz de volver a casa después de un mes allá. - Lo miro.

- No soy cualquiera. - respondo. - Menuda casa tan linda que tenemos para que yo no pueda disfrutarla porque estoy atada a este yeso por los próximos seis meses... ¿Y donde estarás tu? De gira. - miro hacia el frente y escucho como cierra la puerta de la entrada de un golpe.

- No es mi culpa que estés con tu pierna a así o que hayas estado en el hospital por un mes.
Te invite a la maldita gira y dijiste que serias un estorbo. No puedo obligarte a ir conmigo. - camina hacia la cocina y lo sigo como puedo en aquellas muletas. - Al menos valió la pena el mes en el hospital, tu salud a mejorado y ahora que ya has subido de peso te vez más alegre por fuera aunque por dentro sigues siendo la misma chica deprimida. - dice y abro mis ojos como dos platos.

- ¿Como te atreves a decirme eso? No me estuviese muriendo en el hospital porque dices que vas a estar conmigo, pero nada más salimos y me tratas de lo peor, Nikki.

- No, no te estoy tratando mal, solo soy sincero con tu actitud y con lo que habías dicho hace tiempo. ¿O me equivoco con lo de la gira?

- No.

- Entonces no me reclames. - abre la nevera y saca una rebana de pizza congelada la cual mete al microondas.

- Lo lamento. - voltea a verme. - Lamento ser una perra contigo. - me siento sobre un banco y me recargo en la barra.

- Acepto tus disculpas.

- ¿Qué se supone que haré todo este tiempo aquí sola con una pierna así?

- No lo sé, la casa tiene una piscina puedes estar en ella o salir con tus amiguitos.

- Te voy a extrañar.

- No será la primera vez que estarás sin mi porque salgo a una gira. - dice secamente.

- ¿Por qué tu actitud de hijo de puta? - pregunto molesta y el me mira.

- ¿Cuál actitud? Siempre he sido así.

- No, conmigo no.

- Carrie, solo estoy cansado y no tengo ánimos de nada. - saca la rebana de pizza del microondas y la pone sobre un plato.

- Pero yo no tengo la culpa de ello.

- En parte si, me quede la última semana velando tus sueños y atendiendote en el hospital. No es nada fácil bañarte con ese yeso sobre tu pierna. - da una mordida a la pizza.

- Eres un idiota. - le aviento una uva y el la alcanza agarrar con su mano.

- Nena, no desperdicies comida. - se come la uva. - Si, tal vez soy un idiota ahorita pero aún ando algo estresado por todo lo que viene y por lo que te paso hace un mes.
Pensé que te ibas a morir, Carrie.

- ¿Y es motivo para tratarme así? - cruzo mis brazos y el esboza una sonrisa.

- Puede que si.
Mereces un pequeño castigo por no cuidarte. - vuelve a dar otra movida a su pizza.

- Eres un tonto, Nikki.

Dejo de comer la rebana de pizza, puso el plato sobre la lavavajillas y me miro.

My little girl... (Nikki Sixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora