42.

206 23 8
                                    

3 de la mañana, me despierto por las nauseas que estoy sintiendo y corro de inmediato al baño. Vómito una y otra vez.

- ¡Carrie! - grita Nikki detrás de la puerta mientras intenta abrir la misma. - ¡Carrie, déjame entrar!

Estiro mi brazo para abrir la puerta, Nikki entra de inmediato y se inclina para sostener mi cabello y agarrarme de la frente. Continuo vomitando como la chica del exorcista y aunque no quiera que Nikki vea todo esto creo que es inevitable. Siento su cálida mano sobre mi frente y la otra en mi espalda, sosteniéndo mi cabello.
No dice nada más pero estoy segura que esta preocupado y que va a insistir a que vaya al hospital, cosa que no quiero hacer porque ya se lo que me van a decir. Todo esto es inevitable y lo sé.

Dejo de vomitar, lavo mi boca y agarro mi cabello con un chongo. Nikki me ayuda a salir del baño y nos sentamos en la cama, ambos callados pero el silencio no iba hacer para siempre.

- Lamento despertarte. - Digo y agacho la mirada.

- ¿Qué? No seas tonta. - me toma de la barbilla para alzar mi cabeza y que lo vea a los ojos. - No me importa que me hayas despertado aunque me hubiese gustado más que me hayas hablado.
Necesitas ir al medico.

- Nikki, ambos sabemos que tengo. - tome su mueñca. - Gracias, aunque no quería que me vieras en esa forma tan desagradable.

‐ ¿Y como te sientes ahorita? - me pregunta preocupado.

- Me siento cansada, me duele todo el cuerpo. - digo al sentir un dolor horrible en mis piernas y sobre todo en mi pierna que ha sufrido dos fracturas.

- Vamos a volver a acostarnos pero antes quiero que tomes tu medicamento. Carrie, sabes que todos estos medicamentos son de por vida y no puedes dejar de tomarlos.

- Lo sé, no soy una niña pequeña. - tomó las pastillas que me ha pasado y las tomo con poca agua. - Gracias. - me acuesto en la cama.

- Se que no eres una niña pero me preocupas demasiado. - me abraza por la espalda pegando su cuerpo al mío. - Quiero que solo estés bien porque si tu estas bien, mi mundo entero lo esta.

- No deberías aferrarte tanto a mi. - suelto y siento como deja de acariciar mi brazo.

- ¿Por qué lo dices? - pregunta serio y giro para quedar frente a él.

- Por nada Nikki. - doy un beso en la punta de su nariz. - ¿Puedes abrazarme hasta que me quede dormida? - pregunto a la vez que hundo mi cabeza en su pecho.

- Estaría encantado de abrazarte. - me contesta y me abraza.

Suelto un suspiro e inhalo si aroma, su agradable aroma y siento la calidez de su piel sobre la mía. Subo una de mis piernas arriba de el para así poder pegarme más a el.

- Sabes... se que nadie es eterno en esta vida y que no debemos aferrarnos a nadie o a nada en esta vida. - dice de repente y abro mis ojos. - Pero no puedo imaginar un mundo sin ti y no quiero imaginarlo, Carrie. Si tu te mueres yo me moriría contigo y más porque yo puedo ayudarte con esto. - Lo miro a los ojos y el a mi. - Así que no me digas que no sea aferrado contigo, te amo y siempre luchare por ti y para ti. Eres mi prioridad. - acaricia mi mejilla.

- Nikki...

- Sabes que no son necesarias las palabras. - me abraza más fuerte y aspira el olor de mi champú.

El agua tibia cae sobre mi cuerpo, disfrutar de un buen baño era todo lo que necesitaba hoy al despertar. Nikki se ha quedado dormido y decidí no despertarlo.
Me visto con una falda de corte circular acompañado de unas pantimedias negras, una blusa blanca de manga corta y un suéter gris, unas botas de piso negras y mi cabello lo peine de dos trenzas.
Al salir del cuarto de baño veo a Nikki ya despierto y esta parado frente al tocador, viendo algo en una libreta, supongo que es algo de la banda.

My little girl... (Nikki Sixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora