Treinta y seis velas

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ÉL

Norman yace de pie frente a la alberca arrebatándole la alegría a todos. El muy imbesil debió esperar a que Marion desapareciera para entrar por la puerta antes de darme tiempo de cerrársela en las narices.
No me enoja que este aquí, lo que me cabrea es ver como su hermana ha dejado las bromas en el momento en que lo vio. El muy infeliz es un cancer.

—Norman—dice ella—¿Que haces aquí?.
—sabía que al final no te resistirías y terminarías viniendo—le dice Nicol—anda a cambiarte y únete al after que apenas comienza.

El agente pasa de las dos chicas en el agua y vuelve a centrar la atención en el chico blanco como el papel que se retira la intravenosa con toda la "discreción" que puede reunir.

—al auto—ordena—ahora.

Ronnie suelta un bufido cansino a mi lado, se mete las manos en los bolsillos del pantalón y se aleja a paso lento al bracero donde Mike minutos antes estaba volteando las carnes para las hamburguesas.
Por mi parte, me cuesta mantenerme al margen luego de ver la cara de pena del menor de los Van Helen. No es mi asunto, pero termino agarrando una cerveza de la mesa y antes de procesar lo que estoy haciendo, ya me encuentro al lado del idiota #1 ofreciéndole la botella.

—tenias razón—finjo la mejor de mis sonrisas dirigiéndome a Nicol—tus primos en serio saben como hacerse notar en las fiestas.
—ofrécele tequila—dice Mike secundando mi falso entusiasmo—y lo tendrán bailando a lo Justin Timberlake en su etapa de Nsync.
—trae el tequila Ronnie—pide Nicol a gritos—queremos verlo bailar.

Allison sale del agua cuando Justin acata la orden silenciosa del hermano mayor. El agua le escurre por el cuerpo y mis ojos no dudan en seguir la trayectoria del agua que corre entre sus pechos. Trago grueso ganándome un gruñido por parte del tipo a mi lado.

—¿acaso no tienes más periodistas entrometidas que despachar?—me sisea discretamente solo para los dos—o es que ahora vas tras mujeres inteligentes para las que no estás a la altura.
—no me preocupa la altura—le respondo abriendo la botella que me rechazó—total, en la cama, la diferencia se vuelve insignificante.

Me llevo el pequeño gusto de borrarle la mueca arrogante. Sé bien que no hará nada estando su hermana y prima presentes.

—no te lo vas a llevar—asevera su hermana al unírsenos—Justin vino con nosotros y se ira con nosotros.
—ahora que lo mencionas—se quita el saco y se lo pone sobre los hombros asegurándose que no podamos deleitarnos con su bonito bañador—¿como fue que llegaste desde la ciudad tu sola? Pase por ti y me dijeron que ya te habías ido, te estuve llamando y no fuiste para cogerme las llamadas.

Mi morbosa curiosidad necesita escuchar esa respuesta. Quiero que diga que vino conmigo, que lo escuche fuerte y claro Norman, y todos los presentes. Da igual el flujo de consecuencias pueda acarrearme después.

—llegue, que es lo que importa—le responde en el mismo tono autoritario—y ahora que estoy aquí no es necesario que te sienta con la obligación de cuidar de Justin.
—no lo veo como una obligación—le sonríe mordaz—es más mi deber de hermano mayor lo que me trajo aquí...andando Justin, aun hay algunas cosas que necesitas hacer para el viaje.
—¿viaje?—preguntan el resto de los Van Helen, presentes.

Norman, como el hijo de puta que es, los ignora girándose sobre los talones, caminado con toda esa arrogante seguridad hacia el interior de la cabaña. Se mira el reloj y alza dos dedos dándonos la espalda.

—dos minutos Justin, no me hagas volver por ti.

El mencionado lo sigue a paso lento evitando mirar a nadie. Deja la intravenosa en el camastro y se arrastra hacia una de las mesas a coger un Gatorade de la hielera. Todas las risas y diversión que había hace menos de cinco minutos, desapareció en el segundo en que el mayor de los Van Helen, apareció.

TÚ vs YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora