Corre

94 5 0
                                    

ÉLLA...

La alarma se escucha por todas partes, mi teléfono vibra sobre el buró debajo de las medias y la billetera de Alex, son las 6:00 de la mañana y él sigue dormido abrazado a mi.
Detengo la alarma estirándome tratando de no despertarlo, no hemos dormido mucho y siendo sincera todavía me siento agotada.
Gruñe cuando siente que me muevo y me abraza con más fuerza para no soltarme.

—no te levantes todavía—gimotea adormilado
—en algún momento tendremos que hacerlo y preferiría que fuera antes de que la familia de tu padre note que estoy aquí.
—olvídate de ellos y abrázame otra vez—su queja me da risa

Quien diría que el egocentrico cretino con fama de mujeriego que presume jamás compartir la cama después de un polvo, lloriquea si dejo de abrazarlo por un momento.
<<¡¡Ver para creer!!>>

—debo irme Alex— insisto en moverlo pero vuelve a gruñir, no se quiere mover y no me quiere dejar mover
—Van Helsing es temprano, esperemos un poco más.
—son las seis.
—prácticamente de madrugada, tengo sueño y se que tú también.
—no tendríamos sueño si nos hubieras dejado dormir un poco anoche.
—no te escuche quejarte en ningún momento.
—eres un idiota.
—¿tan temprano y ya empezamos con los mimos?..
ronronea llenándose la boca con uno de mis pechos, los ha chupado toda la noche que me los dejo sensibles lo que enciende mi lívido a la menor provocación.

Primero fue un pecho, luego el otro, después sus dedos frotando mi sexo despertando el resto de mi cuerpo que creí dormido y cansado.
Perdí la cuenta de cuantas veces me corri anoche, de cuantas veces me folló los senos y cuantas veces se corrió encima y dentro de mi.

—¿estas lista para un mañanero?.
—¿lo estas tú?.
—siempre que sea contigo.

Me complace lo que escucho. Me gusta este lado voluble de Alex donde mezcla al insaciable del despacho y al complaciente al que me tiene acostumbrada.
Me gusta esto y mi cuerpo le responde con la mejor disposición, se monta encima y sin previo aviso me penetra, lo siento duro, grande y caliente dentro en mi interior, me vuelve loca que quiera comerme a besos y romperme en dos a la vez.
En poco tiempo estoy jadeando y el sonido de su pelvis chocando contra mi sexo húmedo se mezcla con sus gruñidos, me tiene con las piernas alzadas sobre los hombros apretándome los muslos mientras besa, chupa y muerde mis pantorrillas, me excita la vista y me pone en celo al instante.

—mi turno— ordeno abriendo las pierdas para que venga hacia mi, lo beso hasta dejarlo sin aliento, le araño la piel de la espalda a mi antojo clavándole las uñas en el trasero, no se queja ni le importa y eso me prende más, invierto posiciones dejándolo sobre la cama para follarlo mientras me toco para él, se muerde el labio embelesado por lo que ve, aprieta mis caderas enterrando hasta el último centímetro de su enorme falo, me nalguea sacándome un jadeo audible y eso lo excita mas.

—si no te embarazo después de esto será un verdadero milagro preciosa—bromea cuando estoy a punto de alcanzar el primer orgasmo del día
—cierra la boca que estoy a punto de venirme—quiere replicar y lo callo devorándole los labios, me abraza con fuerza arreciando las embestidas, suelta mis labios y se pasa al cuello.
le advierto que estoy a nada del clímax cuando aprieto su miembro con las paredes internas de mi vagina haciéndolo maldecir 

—joder Van Helsing.
—¿te vas a correr para mi?—le susurro al oído lamiéndole la piel del cuello que se le eriza
—si—me voltea manteniendo la misma posición embistiéndome con urgencia, esta por terminar, puedo sentirlo, su cuerpo se tensa cada vez que está a punto de correrse pero siempre espera a que yo lo termine primero.
No necesito mucho, con esos empellones me vengo en medio de jadeos y dificultad para respirar, me siento tan empapada que difícilmente esto se podría considerar como un polvo casual entre amigos.
Entierra su cara en mi cuello, su ancha espalda se tensa y siento lo tibio de su derrame con los últimos lentos y deliciosos movimientos de entrada y salida, deja salir un suspiro entrecortado antes de aplastarme con su enorme anatomía, no me importa que lo haga, me gusta abrazarlo más que antes, este cuerpo que tiene ahora me fascina y a la vez me preocupa porque hace más de un año que yo no visito el gimnasio.

TÚ vs YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora