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ÉL...

El televisor sigue encendido, puedo escuchar los infomerciales haciendo eco en el silencioso salón mientras trato de enfocar el cielo raso del apartamento de Ronnie
Tengo una botella de cerveza clavabada en la costilla, justo ani donde la espalda me duele por dormir en el suelo...
Ronnie esta a dos metros babeando el cojín que abrazaba como bebé a su mantita... Nicol duerme a sus ancha en uno de los sillones, su cabello tiene restos de papas sabor a cebolla que se comió anoche, tiene cerca el bote de helado derretido que se comió durante la película. Hay botellas de cervezas vacías que tomamos Ronnie y yo sobre la mesa de centro.

Allison duerme en el otro sofá dándonos la espalda a todos. Su cabello todavía suelto como se lo pedí la noche anterior —ya sin rastro del lacio que lució en la cena— tiene una manta enredada en los pies que cae al suelo, el vestido se le subió lo suficiente para darme una buena vista de sus bonitas piernas. Su teléfono descansa junto al mío sobre la mesa entre los dulces, sodas y montones de comida chatarra que compramos de camino aquí.

Me incorporo sin hacer ruido considerando cubrirle las piernas o dejarlas así para deleitarme un rato más. Trato de no pisar a mi amigo cuando me pongo de pie, tengo la vejiga llena y necesito una camiseta limpia porque la que traigo se manchó con el helado que Nicol me arrojó cuando la hice enojar

Busco un cepillo dental extra en los cajones bajo el lavabo, ni siquiera se que la hora es, pero debe ser tarde, ya que la luz del sol comienza a filtrarse por las ventanas de la estancia.

El departamento de Ronnie es todo lo contrario al mío, aquí abundaba el blanco, colores frescos y el olor a lavanda. Mientras que en el mío reinan los colores oscuros, la madera, los muebles de cuero y el granito en la cocina.—me gusta más mi departamento— siempre he dicho que ese lugar refleja mi masculinidad por donde quiera que veas, aunque mi habitación ahora tenga ese toque de aroma dulce que Allison dejó.
Es la única es la única persona que conozco que se empeña en mantener en orden y perfumado cada rincón de la casa—desde que vive con Nicol, el lugar brilla de limpio— después de ella sigue Ronnie quien también es un obsesivo de la limpieza en su casa.

—¿cafe?.
Me sorprende cuando salgo del baño. Esta poniendo la cafetera, tiene el cabello revuelto, los ojos hinchados y rojos luego de tallarselos para enfocarme mejor.

—si por favor—me acerco—¿tendrás una camiseta limpia? está tiene vainilla seca al frente.
—parece que te vomito un bebé encima.
—para el caso Nicol vendría siendo lo mismo.

Termina con la tarea y lo sigo a su habitación, me lanza una camiseta limpia y me apresuro a ponerme desvistiéndome frente a él.

—bonito tatuaje, ¿es nuevo?
se burla con una cabeceo reparando en el chupetón cerca del hombro que me hizo Allison

—púdrete.
le muestro el dedo medio al terminarme de cambiarme, arrojando la camisa sucia al cesto de la ropa que tiene en la habitación.

—gracias por tu ayuda anoche— me acomodo el cabello—eso de la alarma fue muy ingenioso
—fue divertido verlo inquieto, aunque eso no impidió que buscara pretextos para volver a verla.

No, esa parte no fue nada divertida, todavía no se si Allison saldría con él, ya no hablamos más de ese asunto cuando llegamos aquí.

—que te pareció Norman, un completo imbesil ¿no lo crees?

Se rasca la nuca manteniéndose en silencio mientras enciende un aparato que arroja olores sobre la repisa llena de libros y fotografías

TÚ vs YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora