Una semana

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ÉL

Quinto día cumpliendo con mi compromiso de venir a clases. Quinto día de fingir que no soy el foco de las miran en los pasillos, de tener que usar audífonos haciendo oídos sordos a los comentarios de Diana y Carol, quienes junto con su séquito, esparcen rumores sobre mi.

Quinto día de soportar miradas poco discretas del compañero de última clase—quien por lo que escuche, se llama Édgar— con quien he tratado de no volver a coincidir en la misma mesa, pero no siempre tengo tanta suerte, lo cierto es que es un poco molesto tener a un posible acosador que te observa como si le debieras algo.
Quinto día evadiendo lo inevitable...acercarme al escritorio al término de la última clase, y hacer el primer contacto con mi tutor de tesis....el amigo de Belem, alias: el ligue de Allison.

No me puedo hacer a la idea de que sea el mismo sujeto. Y es que, a mi, ese tipo no me engaña, yo sé que en algún momento llego a fantasear con la idea de colarse entre sus piernas y enterrarse en ella hasta quedar seco. Porque ¿quien no lo haría? Van Helsing es otro nivel...pero para su mala suerte—sobre todo la de este sujeto—ya puse mis ojos en ella, y no la voy a soltar.

<<es mía, la vi primero....me pertenece>>

Suena el timbre y se me escapa una maldición sabiendo que me falto tiempo para terminar de redactar mi interpretación del tema. Edgar a mi lado—hoy no tuve suerte de sentarme solo—echa un vistazo a mis hojas comparándolas con la suya.

—¿porque tú tienes más hojas que yo?—susurra— ¿te leíste una enciclopedia completa?

Lo ignoro como lo hago con todos y sigo escribiendo lo que me queda de tiempo. No lo voy a dejar así. Nicol me mataría si se entera que no saque la nota mas alta del curso. No en vano nos desvelamos en el bar leyendo la maldita biblia que este cabrón nos dejo como "lectura ligera", de un día para otro. Mi bolígrafo se mueve lo más rápido que puede por el papel, escribiendo de la forma más entendible posible.

—se terminó el tiempo jóvenes—anuncia Swick— dejen todo.

Dejo caer el bolígrafo sobre la mesa como si quemara. Tengo el pulso acelerado como si hubiera corrido una maratón en menos de un minuto. El sonido de bufidos cansados y lamentos, es lo único que se escucha en el aula.

—no olviden poner su nombre y dejarlo en mi mesa antes de salir.

El sonido de las sillas arrastrándose sobre el suelo, se reproduce al unísono. Mi compañero, como de costumbre se espera—al igual que yo—a que los niños salgan primero.
Reviso que al ensayo no le falte nada, mientras compruebo de reojo al profesor quien parece tener los ojos en medio mundo. <<tengo que hacerlo>> no puedo seguir posponiendo esto. Es mi tutor de tesis y solo cuento con unos meses para conseguir titularme.

De mala gana cojo el ensayo y me arrastro al frente con Edgar detrás de mi. Dejo que él, entregue su ensayo primero. Estampa la hoja sobre la pila de ensayos y sale del aula a paso lento con el teléfono en mano. Dejo caer mi trabajo frente a Swick, en lugar de apilarlo con los otros ensayos, eso resulta suficiente para llamar su atención. Despega la vista del libro de exportaciones mercantiles, que estuvo leyendo durante toda la clase, y la clava en las cuatro hojas que dicen Thomas Jenkins.

—parece que la lectura le dio mucho en que pensar Sr. Jenkins—hojea el ensayo—quiero creer que será un ensayo interesante de leer.
—Thomas o Jenk—corrijo—no respondo si me llaman por otro nombre.

TÚ vs YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora