Doce propositos

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ELLA

No me molesta ver a Marion de nuevo en el bar, ni que prácticamente estemos conviviendo con el mismo círculo de personas—ambas en la misma mesa, rodeadas de los amigos de Gideon y Brath— lo que me molesta es que Ronnie parezca tener unas anteojeras como los caballos, para no mirar ni por error en mi dirección.
Es como si no existiera para él, y eso es algo que obviamente ella lo está disfrutando ya que se está llevando toda su atención.

—¿Donde está Jenk?—pregunta mi hermano
—anda por ahí—responde Gideon—el personal que contrató no se dan abasto.

Por mera curiosidad miro hacia la barra, pero entre tanta gente en el bar me es imposible ver a nadie laborando del otro lado.

—vamos a bailar.
ordena Nicky jalando a Ronnie a la pista, separándolo de la rubia sin darle tiempo de negarse o reaccionar.

—¿quieres bailar?—dice Dean en mi oído
—si.

Jalo a Justin también, por lo que la rubia queda sola con los amigos de Gideon. No se en que momento o cómo es que Nicky consigue una boa de plumas rojas que se ata en el cuello, misma con la que le baila a Ronnie con movimientos seductores a los que él reacciona de forma sugerente.—a ella no la ignora— Dean me avisa que debe ir al baño por lo que me quedo bailando con Justin al ritmo de la banda que no toca NADA mal.

Mi hermano se empina la botella que trajimos y luego me la pasa. Gracias al cielo Norman no anda por aquí, de lo contrarío ambos tendríamos graves problemas—él por beber y yo por acolitarle el alcoholismo— el whisky me suelta el cuerpo que combinado con la buena música y las luces, me emborrachan más.

—exactamente cuanto a bebido—escucho preguntar a Ronnie
—mucho.

La emoción me hace soltar un grito eufórico dando saltos con mi hermano menor que está grabando de nuevo—Esto era lo que yo quería— me siento libre y yo de nuevo. Capto el vestigio de la sonrisa de Ronnie cuando me aloco al lado de Nicky, bailando como si no hubiera un mañana. Pero su sonrisa desaparece cuando la rubia se une a nosotros acompañada de un moreno alto con rasgos eslavos.

—¡QUE SE ESCUCHE ESE CONTEO REGRESIVO!—se escucha en los altavoces.

La respuesta de los clientes es instantánea gritando el número que aparece en todas las pantallas del bar, los músicos pausan la canción para unirse al conteo regresivo. Mi hermano se unió a dos chicas que gritan a todo pulmón, Nicky se carcajea con Ronnie y yo me pego al cuerpo firme que me aborda por la espalda—cuerpo que se siente muy familiar— fija sus manos en mi cintura sosteniéndome para no caer en medio de mis indicios de borrachera.

—5-4-3–gritamos todos—2-1....FELIZ AÑO NUEVOOOOOOO

Humo blanco nos envuelve junto con los cientos de globos dorados nos caen de arriba acompañados de una lluvia de confeti, y el estallido de los altavoces con fanfarrias que nos ensordecen a todos pero que al mismo tiempo nos pone eufóricos y felices de recibir de esta manera la llegada del nuevo año. Todos gritan, ríen, festejan, brindan, se abrazan, se besan y manosean.
Mi hermano recibe un beso doble de las dos chicas, Ronnie levanta a mi prima envolviéndola en un abrazo de oso, mientras que yo recibo el impacto de los labios que me devoran desesperados—Alex— mi subconsciente ebrio medio corresponde el beso como si fuera un viejo amigo, pero mi cuerpo se mantiene estático dejando que sus brazos me rodeen como un pulpo.

TÚ vs YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora