Primer dia

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Él

Definitivamente me gustaban más los días lejos de Jhonatan. Si antes odiaba el hecho de trabajar para él, ahora lo aborrezco.

Ahora cree que soy su maldito escriba medieval—me quiere pegado a sus faldas tomando notas a lo pendejo— paso los días viéndolo hablar y se relacionarse con clientes, jueces, ministros de justicia y testigos de los distintos casos en los que está trabajando.
Lo único bueno de esto, es que estoy fuera de ese tóxico ambiente laboral al que él llama oficina.

Sube al auto y siento que por fin puedo respirar—es el cuarto día que trabajo para él y no me ha dado descanso ni para ir al baño—me desanudo la corbata ignorando el reproche en su mirada.

—las personas suel...
—No—lo corto—es domingo. Oficialmente no debería estar aquí, por lo que puedo vestirme como me de la gana.

Rueda los ojos decidiendo revisar su teléfono. —Cualquier cosa es mejor que discutir conmigo.
Saco un cigarrillo, últimamente estoy fumando más de lo normal. Vuelve a joder con un gruñido sutil.

—¿que?—desisto de encenderlo—¿ahora tampoco puedo fumar?.
—no me gusta el olor a humo, se impregna en la ropa, además, tu tío Daniel murió a los 36 de cárcel pulmonar. Deberías considerarlo.
—aún soy joven, no te preocupes.

Me busco el encendedor en el bolsillo—no lo traigo— la idea de morir joven como el único hermano de mi madre, no me gusta. A ella no le gustaría que siga con este mal hábito, lo sé.

Me vuelvo a guardar el cigarrillo concentrándome en lo qué pasa fuera de la ventanilla, y no en el sujeto que tengo al lado.

Jhonatan jodio todos mis planes. Ahora no solo parezco una versión joven de él, vistiendo con trajes a la medida, ya que no pude seguir posponiendo la cita con su sastre —era con él, con quien con tanta urgencia me enviaba su secretaria— sino que también se encarga de mantenerme ocupado la mayor parte del día, impidiéndome así, pasar junto a mi hermana sus últimos días en la ciudad.
Ahora ella ha vuelto a casa. La tía Emma la esperaba y Gideon me hizo el favor de llevarla ya que ahora no solo su padre está lo suficientemente ocupado para encargarse de eso, sino que también su hermano.

Miro la hora, apenas tendré tiempo de darme una ducha y llegar al bar. Quisiera tomarme el día, pero Gideon no está, es el primer fin de semana del año, y los estudiantes vuelven a sus residencias luego de las vacaciones de navidad, lo que significa que el bar estará medianamente lleno, por lo tanto no puedo faltar.

El chofer nos lleva a la oficina, no creí jamás decir esto pero, le doy gracias al cielo por volver. Salto del auto en cuanto se detiene en el estacionamiento—necesito poner muchos kilómetros de distancia lejos de este sujeto—camino hacia mi auto marcando el número de Nicol.

—¿a donde vas?—me detengo al instante—aun hay trabajo que hacer.
—no, no es cierto.
—créeme, sabría si no fuera así.
—pero es domingo—compruebo la hora de nuevo—tengo que estar en la estación en una hora.

Hace una mueca de hastío. Sigue sin gustarle la idea de que divida mi tiempo entre ambos trabajos. No puedo, ni quiero dejar la estación. Quisiera que entendiera que este trabajo no significa nada para mi. Que si estoy aquí, es porque fui literalmente obligado, y si lo soporto, es en contra de mi voluntad.

—el caso de esta semana no se preparará sólo.
—solo soy un becario sin título Jhonatan—abro la puerta del auto—no se que esperas que resuelva, que no puedas solucionar tu, quien tiene la experiencia.
—tus clases están por comenzar—me recuerda—en algún momento tendrás que elegir entre tu fututo y ese bar.

TÚ vs YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora