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Capítulo sesenta y uno
La verdadera cara del monstruo

Fue noviembre antes de que Reya volviera a ver a Vegeta regularmente

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Fue noviembre antes de que Reya volviera a ver a Vegeta regularmente. El saiyajin se enfrascó aún más (de un modo que rozaba lo obsesivo) en su entrenamiento. Durante casi un mes se negó a correr con ella, se saltaba comidas y tomaba diferentes rutas por el complejo para no verla. Seguían durmiendo juntos, pero lo notaba más frío de lo normal. Y Reya se preguntó sobre su extraño y repentino distanciamiento hacia ella. ¿Podría ser porque lo vio en un estado muy vulnerable? A estas alturas, conocía a la perfección cómo era el orgullo de Vegeta. Así que le dio el espacio que necesitaba.

La frustraba con creces, sí, pero lo respetó. ¿Era necesario volverse tan evasivo hasta el punto de no querer cuentas con nadie?

Pero de repente, apareció en la mesa para desayunar, y la comida transcurrió como si no hubiera estado ausente durante semanas. Devoró su desayuno mientras ignoraba la charla de los Brief, como siempre había hecho. Reya mantuvo sus ojos pegados en él durante todo el desayuno, pero ni una sola vez la miró. No sabía si era porque no quería verla o porque estaba concentrado comiendo. Cualquiera de las opciones era válida, y más teniendo en cuenta su historial. Y de verdad deseó que fuera lo último, porque lo echaba terriblemente de menos.

Vegeta terminó el que debía ser su decimoséptimo plato de bacon y se bebió un gran vaso de leche. Después de limpiarse la boca con la servilleta, sus ojos se encontraron con los de Reya, y esta se perdió en el brillo estrellado de su mirada. No obstante, mantuvo sus emociones cuidadosamente ocultas. Reya no logró leerlas, lo que la decepcionó. Quería tener una idea de lo que sentía Vegeta, de qué estaría pensando, de cualquier cosa. Había pasado tanto tiempo desde que lo vio que se estaba volviendo loca. Parecía como si estuviera viendo un fantasma.

Su mirada ambarina vaciló ante su intenso escrutinio calculador. Luego, su vista se posó sobre la revista de accesorios para bebés que Bulma ojeada. Se encontraba en su tercer mes de embarazo, así que se pasaba la mayor parte del tiempo planificándolo todo para Trunks o Bra.

━No entrenaré hoy ━anunció Vegeta a la pequeña familia, pero Reya sintió como si se lo estuviera diciendo únicamente a ella. Su corazón dio un vuelco de alegría. Entonces se atrevió a mirarlo.

Sus ojos negros quemaron su alma, y las mariposas se agitaron en su estómago.

━Eso significa... ¿qué ya no estás enfadado por lo que sea que haya hecho? ━preguntó Reya inocentemente.

Vegeta le dio una mirada divertida. El porqué Reya pensaba que todo giraba entorno a ella, iba más allá de su comprensión. Fue simplemente una coincidencia que la "dejara" después de su episodio catatónico. Aquello no había sido su intención. Si hacía tiempo que no la veía, era porque apenas podía mantenerse en pie, esforzándose hasta el límite y tomando menos descansos y durmiendo pocas horas.

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