No todas las personas pueden decir que los comienzos de su vida han sido hermosos, hay personas que tienen una vida difícil, hay otras personas que nacen en cunas de oro como dice mamá, hay quienes tienen una vida más humilde pero a pesar de eso son felices y por último existimos otra clase de personas que estamos embarrados de mierda, la vida se puede reír de nuestros destinos, pero tu mismo decides cómo escribirlo, eres el dueño de este o el responsable al final de cuentas.
Con solo siete años puedo ver como será mi vida en un futuro si esto sigue como en este momento, justo estoy escondida en un gabinete de la cocina, escuchando los gritos de mi mamá siendo golpeada por la aberración de padre que tengo, si se le puede llamar de esa manera, una persona que no tiene vicio alguno, solo es una persona violenta, sus ojos cambian cuando se enoja se oscurecen al punto de llegar a ser completamente negros, es escalofriante, me da mucho miedo, mi mamá siempre me dice que me esconda cuando eso pasa, no quiere que salga lastimada, al parecer este día las cosas están peor, no se que pasa, solo puedo tapar mis oídos, tengo miedo, mucho miedo, de un momento a otro sentí un tirón en mi brazo, solo logre gritar frenéticamente.
- ¡NO! ¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME! - gritaba de manera frenética con los ojos cerrados, mis lágrimas salían de mis ojos - Por favor suéltame, por favor, por favor - suplique con pavor.
- Amor mírame, es mami - decía ella con lo ojos llenos de lágrimas y su rostro hecho un desastre - tranquila mi vida, saldremos de esto, es el momento de hacerlo, tu papá salió, le hablaron del trabajo, nos iremos ahorita, no importa nada, no tomes nada, no lo necesitas, nos iremos - ella hablaba frenética mientras buscaba algo y metía todo lo que podía a su bolso a la vez que yo la seguía.
- ¿Mami? ¿adónde vamos?, ¿por qué nos vamos? - preguntaba mientras caminaba o más bien trotaba detrás de ella.
- Es nuestro momento de ser libres cariño, es momento de ser felices, no podemos seguir acá, tu mereces mucho más que esta vida amor, mereces que te traten como la hermosa princesa que eres - ella se volteó a mí para decirme esas palabras.
- Mami pero... - mi ojos se llenaron aún más de lágrimas - si papá nos encuentra nos golpeará y mucho, no quiero ser una princesa mami, no quiero que te golpee - dije muy desesperada.
- Escucha nena, él jamás nos encontrará, lo prometo, te protegeré, siempre lo haré, eres mi princesa, mi tesoro, ahora ven cariño, hay que salir de acá antes de que sea demasiado tarde.
Fue lo último que dijo, solo me tomó del brazo, salimos de la casa y nos subimos al coche, ella salió de ahí lo más rápido que pudo.
- Mami ¿adonde iremos? - pregunte más tranquila, pero seguía llorando - ¿nos iremos muy lejos?
- Si, y no cariño, por el momento nos iremos a otro estado, espero eventualmente irnos lejos muy lejos, no te preocupes amor, todo saldrá bien, confía en mami, ella siempre estará contigo.
El camino no fue tan tranquilo como esperábamos, mi mamá recibió una llamada de la aberración de padre que tengo, le gritó por lo que pude escuchar a pesar que el teléfono no estaba en altavoz, mamá solo opto por tirar el teléfono por la carretera, ya eran las doce del mediodía y mi mamá aparco en algún lugar.
- Mami, ¿acá nos quedaremos? - pregunte un poco incrédula.
- No amor, necesitamos almorzar, te recuerdo mi campanita que no desayunamos, solo salimos corriendo - dijo ella con una hermosa sonrisa que podía esconder muchas cosas detrás de ella, a pesar de mi corta edad ya podía ver todo eso, la vida me había arrojado a aprender esas cosas.
- ¡Es verdad! Quiero comer algo rico, un helado de chocolate ¡Por favooooor! - dije con emoción para que ella pensara que yo me sentía muy feliz y no preocupada.
- Mi pequeña campanita no puedes comer eso, ¿Qué te parecen unos ricos tacos? - dijo ella llevándome a un restaurante.
- Esta bien mami, pero quiero helado de postre, prometo comerme todo si me das helado luego de eso - dije tratando de sobornar un poco, ahora si quería el helado.
- Es un trato mi campanita - ella colocó una dulce sonrisa para mi en su hermoso rostro.
- Oye mami, ¿aún falta mucho para llegar a donde iremos? - pregunte curiosa, estaba aburrida de viajar en el vehículo, pero no me quería quejar, no era esa clase de niñas que se quejan por todo.
- Solo un poco más, espero que podamos llegar a las tres o a las cuatro de la tarde, son las doce, entonces a ver dime ¿Cuánto tiempo falta? - preguntó ella dulcemente, le puse mala cara, no me gustaban los números, ella lo sabía, el año anterior había sido mi peor materia en la escuela.
- ¡Mami! ¡La escuela! - grité sin pensarlo y todos a mi alrededor nos vieron, mi mamá solo soltó una risa.
- Tranquila campanita, de eso no te debes preocupar, yo me ocuparé de todo eso, por el momento solo debemos hacer ciertas cosas para que no nos encuentre ¿si? - dijo ella tomando el menú que nos habían entregado.
- Mami ¿en serio no nos encontrará? - pregunte preocupada.
- No, yo me ocuparé de eso, solo escucha cariño, olvida tu nombre, tu ya no eres María Fernanda Navarrete Hernández - habló un poco bajo para que sólo yo escuchara.
- ¡¿Qué?!, ¿por qué? - grité sin pensarlo de nuevo y nos vieron de mala manera en el restaurante.
- Si queremos que tu papá no nos encuentre nunca, debemos de cambiar campanita y lo principal serán nuestros nombres, todo nos será mucho más fácil, tienes suerte campanita que tengas una hermosa abogada como madre, no te cobraré mucho por este trámite, serás una clienta VIP - ella empezó a bromear al respecto y yo solo pude sonreír.
- Esta bien mami, se que lo haces por las dos, te amo mucho - dije levantándome y dejando un casto beso en su mejilla.
- Te amo mas mi pequeña campanita - ella solo me abrazó muy fuerte.
Desperté con lágrimas en los ojos, de nuevo ese sueño del recuerdo que lo llevaré siempre grabado en mi ser, ese que me hace ser agradecida por cada cosa que tengo.
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Lienzo
Teen FictionCamila Barceló es una chica con un pasado doloroso, hasta la fecha aún le atormenta la mente, sin embargo con la ayuda de sus seres queridos se ha convertido en una mujer hermosa y excepcional, cumpliendo sus sueños. De un día a otro su vida cambia...