OCHO

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Camila Barceló

Creo que acabo de morir y revivir con la imágenes que pasan frente a mí, ha sido un día muy malo y esto no mejora para nada.

- Isabella, qué gusto verte de nuevo - dijo uno de los tres chicos poniéndose de pie y recibiendo a mamá con una gran sonrisa, esta si es una cara nueva, no estaba con ellos en el almuerzo.

- Rolf, pero mira que lindo te pones cada día - le contestó mamá con mucha alegría y calidez.

- Tu solo me ves con cariño, pero a ver ven, presentémonos bien con todos - dijo el, mamá al ver a las otras personas cambió tanto su semblante como su tono.

- Buenas noches señores Richter, un gusto verlos nuevamente - dijo mamá en un tono bastante neutro.

- El gusto es nuestro Isabella, gracias por aceptar nuestra invitación - los tres hombres restantes se pusieron de pie para saludar a mamá.

- Bueno, no es que tuviese mucha opción, sinceramente - al parecer no eran del agrado de mamá, espero esta cena no sea incómoda - y por lo que estaban interesados, les presento a mi familia.

- ¿Interesados? - preguntó Gus con cara de duda y frunciendo el ceño.

- Si mi cachorrito, al parecer los señores le gusta meterse en la vida de los demás - dijo mamá sin interés alguno, bueno, la cena será horrible.

- No lo tomen a mal, somos muy tradicionales, nos gusta conocer a fondo a las personas con las que nos relacionamos, más en temas tan delicados como los que atravesamos en estos momentos - comentó uno de los más jóvenes - mi nombre es Randall Richter es un gusto conocerlos, soy el hijo menor - dijo viéndome y sonriendo de una forma de lo más provocadora, nada saldrá bien.

- Espero que la cena pueda ser de su agrado, mi nombre es Kurt Richter, es un placer conocerlos y compartir un pequeño momento con personas tan agradables - porque estos dos me ven como que fuera un trozo de carne.

- Disculpe si en algún momento la hemos ofendido, no era nuestra intención, realmente solo queremos conocer mas de ustedes - dijo el hombre mayor viendo a mamá de una manera extraña, hasta le sonrió coquetamente - mi nombre es Rudolph Richter - término  viéndonos a nosotros y dándonos una sonrisa de lo más amable.

- De mi parte y como ya escucharon a Isabella mi nombre es Rolf, me emociona conocer finalmente a todos, Isabella los menciona mucho y deseaba conocerlos, especialmente a Nana - dijo él con emoción genuina.

- Bueno, déjenme presentar a mi familia - empezó, claro siempre presentará a su favorito primero - el es Gustavo Martí, amigo de infancia de mi hija - dijo sonriendo de lo más lindo.

- Un gusto - dijo Gus dándole la mano a los hombre, los hermanos solo sonrieron cínicamente ante el comentario de mamá - que bueno verlos nuevamente, no pensé que pasaría, no es tan grande México al parecer, pero se que alguien estará feliz de verlos - lo ultimo lo dijo casi  a un susurro pero logré escucharlo.

- ¿Cómo? ¿ya los conocías? - preguntó mamá con obvia curiosidad.

- Si y no, coincidimos en el mismo restaurante ahora que salimos con Camila y ellos - dijo señalando a los tres hombre - tenían problemas y logramos ayudarles, no fue más que eso - le contestó en tono aburrido.

- En verdad habrá sido una coincidencia - dijo mamá lanzándole una mirada intimidante a Rudolph, este solo retrocede un poco ante la mirada de mamá, fue gracioso ver esa escena, al parecer a los hijos también le hizo gracia luego la sonrisa se les borro cuando se ganaron una mirada igual.

- Isabella creenos que fue una simple coincidencia, es nuestro restaurante favorito de comida italiana acá - dijo Rudolph un poco nervioso.

- Veo que no miente - solo aparto la mirada de ellos y pude ver que solo soltaron el aire que estaban sosteniendo - en fin, ella Marta Fernández, nuestra amada Nana - presentó a Nana con demasiada dulzura.

- Un placer - dijo Nana dándole la mano con mucho cariño a cada uno, al parecer logró que le dirigieran una sonrisa dulce y cálida.

- Y terminamos con mi mini copia - jamás desaprovecha la oportunidad de molestarme incluso ante extraños - ella es Camila Barceló mi hermosa hija.

- Un placer señores Richter - dije dándoles la mano, cuando llegué a Randall me veía y sonreía cínicamente además no me soltaba lo mismo pasó con Kurt.

- Bueno tomemos asiento, y pidamos la comida, pueden pedir lo que deseen, dicen que la comida de acá es exquisita - dijo Rudolph - dime Isabella, ¿no esperaremos a tu esposo? - bueno, creo que se ganará el odio de mamá, todos nos tensamos ante la pregunta el rostro de Gus irradiaba frustración y enojo.

- Papá, no seas imprudente - dijo Rolf fulminándolo con la mirada.

- No se preocupe, como les dije,  en mi familia solo somos cuatro miembros y ya se los presente - le contestó mamá sin verlo.

- Oh, perdón si fue un comentario inoportuno, no fue mi intención - trato de arreglar Rudolph pero el odio de mamá y al parecer de Gus también ya lo tiene.

- No tenga pena señor Richter, son cosas sin importancia e insignificantes - contesté restando importancia.

Pedimos cada quien la comida, la cena transcurrió en un silencio sepulcral e incómodo, cada tanto veía a Gus pero este no me dirige la mirada en ningún momento, sin embargo, se daba cuenta que los hermanos Richter me veían todo el tiempo eso hacía que todo empeorara para mi, todo iba de la misma manera mientras pasaban los minutos hasta que Rudolph decidió cortar el silencio.

- Cuéntenme chicos a que se dedican - dijo dirigiéndose a Gus y a mí, según parece me tocará hablar primero.

- Bueno yo soy pintora enfocándome en el realismo e Hiperrealismo, actualmente estoy trabajando en una exhibición que tengo en conjunto con Gus - le conteste.

- Impresionante, se ven super jóvenes, su trabajo debe ser precioso para que ya puedan tener tan rápido una exhibición, ¿en donde será? me gustaría verla con mis propios ojos - note emoción en su comentario, bueno tenemos a un amante del arte.

- Será dentro de cuatro meses en Berlín específicamente en Neue Nationalgalerie -  le dije.

- ¡No puede ser! ¿ustedes son los artistas? Yo soy el patrocinador principal de la exhibición, he visto sus trabajos, son realmente hermosos, Gustavo tus fotos son lo mejor que he visto en mucho tiempo - decía efusivamente.

- Me halaga mucho señor Richter, es bueno saber que las personas aprecian mi trabajo, lastimosamente no estaré presente en la exhibición para poder recibir los buenos comentarios - ¿Qué acaba de decir? ¿Cómo que no estará presente?

- ¿De qué hablas cachorrito? - le pregunto mamá, gracias mamá, a mi posiblemente me hubiese ignorado - estuvieron esperando con mucha emoción esta exhibición - al parecer mamá se preocupo.

- Ma no te preocupes, ahora platique con Pierre y regresare a Francia para trabajar con ellos, tienen una campaña importante con la marca más prestigiosa de ropa ahí, me iré en un mes mas o menos, me mudaré también así que no podré asistir a la exhibición pero mandaré todo mi trabajo para que esté presente.

Quede helada con lo que acaba de decir, él se irá, creo que ya no desea estar cerca de mí y tenía todo el derecho pero yo no quería que me dejara.

- Pero siempre has odiado fotografiar modelos - dije queriendo reprimir el nudo en la garganta - amas trabajar al aire libre - creo que se me escaparan las lágrimas - dices que las modelos son horribles, plásticas y superficiales.

- La gente cambia Camila, ya acepté el trabajo con Pierre, este mes me servirá para poder mudarme sin problemas y dejar todo en orden - dijo viéndome con dolor en su mirada.

- No puedes - fue lo único que pude decir antes de que empezaran a salir mis lágrimas.

-Hija tranquila, Gus tiene que crecer en su ámbito laboral, no se puede estancar - dijo mamá, mientras yo sentía que todo se desmoronaba en mi interior - Lo hablan llegando a casa ¿si? - solo pude asentir.

LienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora