DIECISÉIS

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Kurt Richter

Por alguna razón me siento muy irritado, ver a Camila tan feliz pegada a Randall me molesta, y más aún cuando le dice ''mi pollito'' y el muy descarado cada vez se pone más feliz, jamás lo había visto de esa manera.

- Si tanto te molesta, no los veas, es simple - me dice Adler.

- No sé de qué hablas - le respondo con indiferencia.

- Te conozco desde que tengo memoria, siempre fuimos los cinco, tu, Randall, Rolf, Blaz y yo, nos conocemos hasta la marca más pequeña de nuestros cuerpos, se cuando estas molesto porque están tocando algo que crees que es tuyo, sino te recuerdo cuando me disparaste porque pensaste que había tomado el chocolate que tu mamá te dio.

- Se supone que en este momento ella y su mamá son ajenas a nosotros, son básicamente el objetivo, pero ahí tienes al idiota a punto de caer por ella, te apuesto que si pasa por un charco esta dispuesto a ponerse de tapete.

- Pero ¿eso qué tiene de malo? sabes que Randall siempre ha sido honesto con lo que siente, si lo quiere lo dice y lo tiene, trabaja muy duro también para obtener lo que desea pero no se cohíbe, tú en cambio, simplemente te cierras, no sientes, piénsalo bien - terminó dejándome atrás.

Esas palabras me taladraban la mente y hacían que mi corazón se hiciera chiquito, nadie me lo había dicho, tenía sentido, solo pensaba en todo lo que pasó con Allison, no le dije lo que sentía, Randall sufrió por eso, quizás merece la pequeña felicidad que Cami le está dado en este momento.

¡Maldición!

Ahora no puedo dejar de pensar en Allison, yo en verdad la quería demasiado, no puedo creer lo que hizo, pero lo entiendo ahora, no le exprese mis sentimientos, no la hice sentir querida, quizás hasta pensó que yo no sentía nada por ella.

Ver a Randall desbordando alegría junto con ella que le sonríe tan tiernamente hace que tenga mucha envidia, quiero eso, quiero que alguien me vea así, que ver a esa persona borre todo lo que está mal en mi mundo.

Llegamos en donde escalaremos, con lo que nos acostumbró mamá este es una pequeña roca y no un risco, pero no dejará de ser divertido.

Nos dan todas las instrucciones para poder escalar, entregan el equipo a cada uno y nos dicen las partes que se encuentran aseguradas para enganchados, que aburrido una escalada libre sin equipo sería mejor.

- Voy primero - dice Randall, le brillan los ojos.

- Te sigo - le dice Adler.

- ¿Tú no piensas ir corriendo como si estuvieran regalando helados? - le pregunto a Cami.

- No me emociona demasiado para ser franca.

- Bueno, sube, yo te sigo - ella solo asiente.

- ¿Me ayudas a colocarme el equipo? - me dice un poco nerviosa.

- Claro - digo sin más.

Primero coloco el casco y puedo sentir un delicioso aroma crema batida y coco, es un poco embriagador ese aroma, que delicioso, tome el arnés para colocárselo y empecé a sentirme nervioso de poder tocarla, dejo mi mente en blanco para poderme concentrar y no pensar en otra cosa, termino de ayudarle y ella empieza a avanzar a paso nervioso.

Poco a poco la sigo, con una distancia prudente por dos razones, una por cualquier tipo de incidente no me pueda caer encima o bien la pueda ayudar y dos que exquisita vista de su trasero tengo desde acá.

- ¡Cuidado! - le grito al ver que pone mal el pie derecho - puedes caer - veo que intenta ver hacia abajo - no mires, sino no podrás seguir adelante.

Hace lo que le digo y sigue adelante, logra llegar a la cima seguido de mi, la veo un poco pálida, y me acerco a ella.

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