CATORCE

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Randall Richter

Ya vestido con un conjunto deportivo de camiseta, short tricolor (negro, blanco y gris claro) y unas deportivas grises salgo rumbo a la habitación del Kurt para ver si ya se encuentra listo al igual que yo lleva un conjunto y deportivas pero todo en un gris oscuro.

- Esto será divertido - digo con una risa burlona.

- Concéntrate, debemos sacar toda la información que podamos, no es un simple paseo idiota - me regaña.

- ¡Oh vamos! Sabes que la pasaremos bien con ella, yo, disfruto estar con ella, es divertido, relajante, es diferente.

- Ten cuidado, no te enamores, es trabajo.

- No podría enamorarme de alguien tan poco convencional y a la vez tan corriente como ella - digo restándole importancia - solo me divierto.

- Pues no te expresas de esa manera, pareces un idiota hablando de ella.

- Mira quien habla, tú antes te le quedaste viendo como un imbécil enamorado, babeando.

- Esta muy buena, no soy ciego, no estaría mal follarla sabes.

- Solo piensas en sexo, eres un idiota.

Salimos de la casa para montanos en el auto y así ponernos en marcha, quien sabe hacia donde, la ventaja de todo esto es que no podemos estar en peligro, nosotros somos el peligro para los demás, simple.

- Princesa, tengo una duda - rompo el silencio que teníamos, realmente no era incómodo a pesar de todo.

- Dime, pero por favor, no me digas princesa, es un poco extraño, te conozco desde ayer.

- Todos te dicen de manera diferente, yo también quiero decirte diferente.

- Sé un poco más creativo.

- Me lo pensaré, regresando al tema principal, ¿no crees que es muy temprano para ir de paseo a un parque o bosque? ¿no estará cerrado?

- Abren a las seis de la mañana, posiblemente podamos llegar a las ocho más o menos teniendo en cuenta el tráfico, ¡ah! Adler nos harías el enorme favor a todos de poder pasar a alguna cafetería creo que todos necesitamos un poco de cafeína.

- Lo haré porque me lo pides tú y no estas bestias, además, tienes un punto, necesito un café cargado, estos animales me sacaron de la cama muy temprano.

- Un poco de respeto tampoco te vendría mal, sabes - dijo Kurt, pero sin molestia alguna en su tono.

- ¡Ay por favor! comimos lodo los tres juntos, recuerdo cuando tu te sacabas los mocos y también te los comías, eras el más asqueroso de los tres, te metías a la boca cualquier cosa, aunque ya de mayor no cambiaste mucho ese hábito de meter cualquier cosa a boca.

- ¡Cállate! ¡Claro que no hacía eso! ¡No lo escuches, es mentira! - se defendió Kurt con la cara roja de vergüenza jajaja que tonto, empecé a reírme.

- Jajajajaja que buena manera de decirle prostituto Adler - Cami se burla de Kurt.

- ¿Qué? No, eso no es así, pequeña no pienses esas cosas, claro que no soy así - le contesta Kurt de manera desesperada.

Jajajaja si, claro,  y yo soy el que se enamorará, él está desesperado porque ella no piense que es un prostituto.

- Tu de que te ríes, a ti también te gusta meterte las mismas cosas que se come Kurt - se burla Adler de mi, ay no.

- No tengo razón para defenderme cuando se que no es verdad, mi conciencia está limpia - creo que me tiemblan las manos.

- Te haces el digno, pero eres igual de culpable, se nota a kilómetros querido Randall, hasta acá huelo el miedo amigo - se ríe de mi Cami.

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