NUEVE

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Kurt Richter

Si el ambiente ya estaba raro, esto se ha puesto mucho mas tenso, la pequeña está tratando de reprimir lo más que puede sus lágrimas, el verla de esa manera hace que tengan un sentimiento extraño, espero que deje de llorar es realmente incomodo, no es de mi agrado.

Pero qué habrá cambiado, si cuando los vimos estaban de lo más cariñoso, inclusive él se la llevó cargada cuando los estábamos siguiendo, ella quisiera que él le prestara atención pero todo lo controrario él parece que verla fuera lo más doloroso de su existencia.

- Oye Camila, ¿quisieras ir por un helado? - casi me caigo de la impresión ante la invitación de Randall, papá está en trance al parecer.

- ¿Perdón? - dijo ella con confusión y molestia.

- Te sientes triste y no hay nada mejor que un delicioso helado, podemos ir por el que quieras - creo que esto se está torciendo, Randall cayó, ay hermanito, ya te tiene.

- Si voy por un helado no sería contigo - le contestó con disgusto, solo volteó a ver a Gus.

- Si no quieres ir con él pues yo también te puedo invitar a uno si gusta ó podemos ir donde quieras, solo no sigas llorando pequeña - mierda lo dije en voz alta, veo que todos me voltean a ver por lo que dije.

- No seas grosera campanita, ve con ellos, eso te puede ayudar a relajarte, y pensar con la mente fría, cachorrito quédate en casa ahora para que puedan hablar ¿si? - le dijo su mamá, ella solo asintió y Gus solo se concentro en otra cosa

No se si es una mala o una buena madre, primero por dejarla salir con nosotros sabiendo quienes somos, aunque estará más que segura con nosotros.

- Entonces si nos disculpan, llevaremos a esta princesa a distraerse - dijo Randall levantándose yo imite su acción.

Ella solo veía a Gus, al parecer no se quería separar de él, pero el mencionado simplemente tenía la cabeza agachada.

- Bollito mírame por favor - le pidió ella con dulzura - si tu dices que no, yo no iré con ellos - él solo la vio, qué tormentos tiene que estar pasando ese pobre chico para hacer esos ojos.

- No te preocupes, ve, te espero en casa para hablar - dijo sin más.

- Ven pequeña, no demoramos mucho, papá, nos llevamos a Adler - él solo asintió, expectante a todo lo que estaba pasando.

- Rolf, ¿vas o te quedas? - le preguntó Randall a nuestro hermano.

- No se preocupen por mí - contestó este - me quedaré con papá, nos vemos luego.

Ella se levantó sin despegar la vista de Gus, pasó a nuestro lado y solo la seguimos, le dijimos a Adler que trajera la camioneta y que nos acompañaría.

- Sube pequeña, nosotros iremos detrás contigo, pero si te incomoda puedes escoger a cualquiera de los dos para que te haga compañía - le di la opción para que no se sintiera presionada.

- Esta bien, ambos pueden ir conmigo atrás, así me sentiré acompañada - dijo ella con la vista en el piso, luego empezó a subir a la camioneta, ella quedando en medio de ambos.

- ¿A dónde quieres ir princesa? - preguntó Randall ya estando en el auto.

- Podemos ir al parque Alameda, ver si compramos un helado ahí y caminar un poco - sugirió ella.

- Genial, vamos Adler - dije hacia nuestro amigo y él solo asintió.

- ¿Quieres hablar con respecto a lo que pasó o de cómo te sientes? - le preguntó Randall, tal parece que ella ha tocado su lado sensible.

- Todo estaba bien ahora, realmente en cuestión de minutos todo se fue a la mierda, todo porque no puedo mantener la maldita boca cerrada.

- Pero ustedes son pareja ¿no? todo se arregla platicando - trate de amenizar sus ánimos.

- ¿Crees que si fuéramos pareja él se iría así sin más, sin platicar conmigo? - ella preguntó sarcásticamente - ¿a caso ustedes lo harían? - pregunto levantando una de sus perfectas cejas.

- Si, si la ocasión lo amerita - dije yo.

- Claro que no - dijo Randall al mismo tiempo que yo hablé, este ya se hizo el tonto.

- Hermanos pero muy diferentes, pobre de tu novia Kurt, la de Randall lleva las de ganar - dijo ella y solo pude ver una sonrisa socarrona que hizo mi hermano al comentario de ella.

- Pues ahí te equivocas, no tenemos novia, además Randall es malísimo en una relación - dije viendo a la ventana.

- Esa, es envidia pura, simplemente te ofendió lo que la princesa dijo - dijo riendo.

- Pero si no son novios ¿Por qué tu estas así y él parece que lo estuvieran torturando en el infierno? - pregunté.

Creo que estamos preguntando de más, pero nos interesa saber todo esto para ganarnos su confianza, además parece que necesita a alguien para hablar.

- Con Gus nos conocemos desde hace trece años, él ha sido todo para mi, mi amigo, confidente, apoyo, consuelo y mi primer amor, Gus se me declaró cuando teníamos nueve, es gracioso ahora que lo pienso, él era el niño mas bonito de toda la escuela, al final sus papás tenían solo tres años de haber llegado al país y él seguía siendo niño francés de la escuela por ende todas las niñas lo seguían, sin embargo, él siempre estuvo conmigo y solo conmigo, a esa edad yo había aumentado de peso, no era del gusto de los niños pero Gus me trataba como lo mas lindo que sus ojos han visto - hizo una pausa quizás recordando y poniendo una hermosa sonrisa en su rostro.

- Es decir que en algún momento ustedes fueron pareja - preguntó Randall.

- No, jamás fuimos pareja, cuando llegue a Ciudad de México con mamá a los 7 años el único niño que se acercó a mi fue él, siempre me ha protegido ha sido lindo conmigo, pero no soy una buena candidata para ser la novia de alguien y mucho menos para alguien tan dulce como el, siempre me he negado a estar con él, cuando su papás volvieron a Francia él se quedó con su abuela materna para quedarse conmigo, si fuera por él ya estuviéramos casados desde que cumplimos los dieciocho años.

- Supongo que eso fue el causante de la pelea que tuvieron ahora, mira llegamos, vamos por el helado - dije.

Bajamos, comparamos su helado, logramos comprender muchas cosas de ella y de su relación, pero tengo muchas dudas, ¿Por qué no quiere una relación?, caminamos y hablamos un largo rato hasta que ya era un poco tarde, la dejamos en su casa para nosotros regresar a la nuestra.

- Bueno, creo que quedamos con más dudas que respuestas, lo único que sabemos es de su relación con Gus - dijo Randall.

- Lo sé, es demasiado frustrante, lo único que sabemos es que llegó a Ciudad de México hace trece años, pero ¿de donde vino?, tendremos que investigar mucho - dije acomodándome en el asiento fastidiado por esta situación.

- Lo sé, tocará decirle a Rolf que investigue, nadie mejor que él, es un maldito sabueso cuando se trata de investigar - finalizó Randall.

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