Juramento de Venganza - Trafalgar Law & Tú 🍋💖🤞🏻💕

Capítulo 4: Rumbo a la Luna de Miel

Law se encogió de hombros. Fuera lo que fuera, no importaba mientras aquello saliera bien. A Rose le gustaba su esposa. Era una niña muy inteligente y saber que _________ le había caído bien suponía tener la batalla medio ganada. Si conseguían cimentar aquello en algo más fuerte y duradero, en una

unidad familiar que le haría sentir amada y segura durante el resto de su infancia, Law habría conseguido cumplir la promesa que les había hecho a sus dos amigos el día de su entierro. El fracaso no era una opción.

–¿Sientes curiosidad por saber adónde vamos?

–Doy por sentado que será a algún lugar cálido. Me dijeron que preparara una maleta con ropa de verano y trajes de baño.

–Está en un lugar en el que siempre hace calor. Nos marchamos a unos cuatro mil kilómetros al sureste de aquí –bromeó él.

–Te refieres la residencia de Dressrosa, ¿no?

–Veo que nos has estado investigando muy bien –respondió él, muy sorprendido ante una respuesta tan específica.

Las mejillas de ________ se sonrojaron.

–¿Investigando? ¿Qué te hace pensar eso?

Sonaba a la defensiva. Ciertamente no como Law había esperado que sonara justo antes de que se marcharan a cambiarse para salir de viaje.

–Digamos que no estoy acostumbrado a que la gente esté tan bien informada sobre la Familia Donquixote como lo estás tú –dijo él tratando de tranquilizarla.

–La información es lo mío –replicó ella tranquilamente, con una actitud más relajada.

–¿A qué te dedicas?

–Soy periodista. Trabajo por mi cuenta.

–¿Escribes de viajes? Hemos salido en muchas revistas. Tal vez te has alojado con nosotros antes.

__________ negó con la cabeza.

–No, nada de viajes. ¿No has dicho que teníamos que ir a cambiarnos?

El cambio de tema que realizó _________ fue sutil. A pesar de que Law se había dado cuenta perfectamente, decidió que tenían tiempo más que de sobra para conocerse mejor.

–Así es. Un helicóptero nos va a llevar al aeropuerto dentro de una hora.

–A mí no me hace falta una hora para prepararme –respondió _______ con una carcajada–. ¿Acaso parece que necesito tanta dedicación?

La risa de ________ resultaba contagiosa. Era la primera señal de expresividad sin contención que había visto en ella. Deseaba más, quería ver a _________ al natural, siendo ella misma.

–Bueno, tal vez podamos irnos antes, si no nos entretenemos mucho a la hora de despedirnos de nuestros invitados. No obstante, la hora de salida del avión no cambiará, dado que ya se ha presentado el plan de vuelo. Vamos a ir en uno de los aviones de la compañía.

–Así es como vive la otra mitad, ¿verdad? –replicó ella, aunque suavizó sus palabras con una sonrisa.

–Ahora tú eres parte de esa otra mitad. El vuelo durará aproximadamente seis horas desde que despeguemos.

–¿Qué hora será allí cuando lleguemos?

–En Dressrosa son tres horas menos que aquí, así que, si todo va bien, sobre las siete de la tarde.

–Va a ser un día muy largo para Rose.

–Estará bien. Estaba acostumbrada a viajar con sus padres y puede dormir durante el vuelo si lo desea. Tú también, por supuesto.
__________ sacudió la cabeza.