Capítulo 36: El Fin del Juramento

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Law llegó a la entrada del apartamento y comprobó la dirección que le habían dado. Entonces, llamó con fuerza a la puerta. Cuando esta se abrió por fin, vio el rostro de ________ por primera vez en tres interminables semanas.

–He leído tu artículo –dijo–. ¿Puedo entrar?

–¿Cómo? Ni siquiera se ha publicado –replicó ella entornando la mirada.

–No era lo que esperaba...

–¿Significa eso que has tenido acceso a mi trabajo?

–Sí, y no me voy a disculpar por eso. Protejo lo que es mío. ________, déjame entrar.

–¿Has oído hablar alguna vez de la libertad de prensa?

–Me ha impresionado mucho cómo has mostrado que, a pesar de todo lo que paso mi padre y tío y como salieron adelante y como mi tío dirigió el funcionamiento de la empresa con mano de hierro y, al mismo tiempo, con justicia. Es mucho más de lo que esperaba. Nada de mentiras. Has hecho un buen trabajo.

–Déjate de tantos elogios –musitó ella–. ¿Qué es lo que quieres?

–Hablar. Te marchaste sin escuchar lo que yo tenía que decir.

–De eso hace tres semanas –comentó ella con cierta amargura.

Law la miró. Vio que en aquellas tres semanas había perdido un peso que no le sobraba.

–________, déjame entrar. No pienso hablar contigo en la puerta.

–Está bien. Entra.

–He estado pensando en lo que me dijiste aquella noche y he recibido esto... –comentó mientras se sacaba un sobre del bolsillo que contenía los papeles del divorcio.

–Me alegra ver que mis abogados se han ganado el dinero que les he pagado.

Law miró a su alrededor. El apartamento tenía muy pocos muebles. Lo único que parecía reflejar lo que ella era en realidad era una fotografía de Rose y de ella que Law les había hecho en Dressrosa. ¿Cómo era posible que no se hubiera dado cuenta de lo mucho que se parecían? El mismo cabello castaño claro, la misma nariz, los mismos ojos azules grisáceos...

–Bonito apartamento.

–No mientas, Law. ¿Qué es lo que quieres de mí?

–Quería saber por qué has cambiado el artículo.

–Te lo dije la noche que me marché. Mi padre me contó la verdad. Ya no podía publicar el artículo tal y como estaba. Los Donquixote se merecía algo mejor. Todos en realidad. Doflamingo si es un maldito pero... hizo lo que cualquier persona haría y el hecho de que no presentara cargos gracias Rosinante es algo de que agradecerles

–¿Por qué no me dijiste que lo habías cambiado?

–No creí que pudiera cambiar nada entre nosotros. Lo siento, Law. Cuando escribí el primer artículo, creía que se me había contado la verdad. De hecho, a lo largo de mi infancia, esa fue mi verdad. Era lo único que le oía decir siempre a mi padre y no había nada que me pudiera hacer pensar de otro modo... hasta que te conocí.

–¿Y ahora?

–Ahora estoy otra vez donde estaba al principio. Sola, pero más sabia. ¿Has venido a traerme los papeles? Podrías haberlos enviado por correo. ¿Los has firmado?

–No. Ni voy a hacerlo.

–¿Qué? ¿Por qué no?

–Porque quiero que vuelvas conmigo. Ven a casa. Quiero que regreses a mi lado. A mi vida. A mi cama. Rose también quiere que vuelvas. Te echa de menos y tiene todo el derecho de saber que eres su madre biológica. Te necesita en su vida.

Juramento de Venganza - Trafalgar Law & Tú 🍋💖🤞🏻💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora