Capítulo 43

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P.O.V. Ingrid

-Nada- Dirigí mi mirada hacia la ventana para evitar la suya.

El semáforo se puso en verde y tuvo que devolver su vista hacia el frente.

-No te creo.

-Pues no me creas- Y soné más molesta.

Lo peor es que no estoy molesta, pero no sé cómo manejar lo que siento en estos momentos.

-Llevas varios días así, pero al parecer hoy decidiste hacerlo más notorio- Dijo serio, no enojado.

Y por alguna extraña razón eso me hizo explotar, oh no aquí vamos con la Ingrid que no sabe callarse.

-Bueno por lo menos yo SÍ puedo decidir que quiero hacer y no voy por la vida esperando que la gente adivine que quiero.

Eso ni siquiera tenía mucho sentido, pero aun me falta saber dominar mis impulsos y expresar lo que siento de manera correcta, no como ahora que no estoy enojada pero parece lo contrario.

-¿Y eso que quiere decir? ¿Que yo no puedo tomar decisiones o que?- Dijo y soltó una risa.

¿Lo ven? Él ni siquiera está molesto y luego estoy yo que hago berrinches por cosas mínimas, que si me preguntan a mi no es mínimo lo que estoy sintiendo.

-Pues por lo menos no respecto a nosotros- Dije en un susurro apenas audible.

En ese momento se estaciono, yo sabia que me había escuchado y no dijo nada al respecto.

Y entonces tal vez él no quiere nada serio, pero pudo decirlo.

Se bajó del auto y lo rodeó para abrir la puerta donde yo estaba, me extendió su mano, pero yo solo mantenía la vista al frente. Estábamos en un lugar muy bonito, pero a decir verdad el momento no se sentía así: Bonito.

-Ven conmigo- Cuando vio que mi vista seguía clavada al frente tomó mi rostro- Por favor.

No podía decirle que no cuando me miraba así y eso podría ser una desventaja porque no podría decirle que no algo que no iba a ser formal.

-Vamos.

Fue lo único que salió de mi boca, ¿qué más podía hacer? ¿Obligarlo a que me quisiera para algo bien? No podía obligarlo a quererme para una relación formal.

Bajé del auto y comenzamos a caminar, esto parecía un parque, pero no había nadie y estaba repleto de flores muy bonitas. Nos detuvimos en un lugar que parecía como una recepción, había un chico ahí que estaba anotando en unas hojas blancas.

-Buenas tardes ¿tienen reservación?- Dijo mirándonos fijamente.

-Si, a nombre de Kevin Álvarez.

El chico busco en una lista en la cual habían muchos nombres, lo cual me sorprendió porque este lugar está completamente vacío y en el estacionamiento solo había otro carro aparte del de Kevin.

-Sí aquí está- Guardó las hojas- Síganme por aquí, por favor.

Comenzó a caminar y Kevin entrelazo nuestras manos y comenzamos a caminar.

-Estás inquieta hoy- Dijo en voz baja cuando intente soltar su mano.

-Estás indeciso hoy; ah no perdón, tú siempre estás indeciso y más si es sobre nosotros- Y solté su mano o bueno dejo que soltara su mano.

-Ya bonita, cálmate- Contestó tranquilo y volvió a tomar mi mano.

Y de nuevo volví a fracasar en mi intento de saber algo, no decía nada pero ambos sabíamos que entendía perfectamente a qué me refería. Su silencio dijo lo que no podía decir con palabras y eso me hizo sentir algo triste.

Algún día (Kevin Álvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora