Capítulo 15

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No lo había visto, al menos no después de haberme negado a regresar con él, parecía que había desaparecido del mundo, al menos de mi mundo.

Tampoco era tan fácil verlo tan seguido ya que al cambiar de semestre; cambiaron mis materias y grupos, pero para mi mala suerte en un grupo si me toco estar con él, no nos habíamos visto en algunos meses y mentiría si dijiera que no seguia doliendo porque si me dolía y mucho.

Fue la primera y última vez que nos volvimos a ver en aquella única clase que compartíamos porque después de ese día Yahir dejó de entrar a dicha clase y por ende no lo volví a ver.

Era extraño que ni siquiera me lo hubiera encontrado una sola vez en los pasillos, cafetería o campo, pero supongo que tuve suerte de no verlo, al menos eso creía hasta ahora.

Sus ojos... esos ojos que aún me hacían sentir cosas, aunque ahora solo eran sentimientos negativos.

Ninguno de los dos decía nada y estábamos en un silencio que parecía no iba a terminar nunca.

O al menos eso creí hasta que después de unos segundos mi madre hablo:

-Linda ya llegaste ¿cómo te fue?

-Bien, me fue bien- Conteste aún mirando a Yahir.

Deseaba tanto que esto solo fuera una mala jugada de mi mente o un mal sueño.

Créeme que yo jamas te haría una jugada tan baja...

Ojalá sea un sueño y mi alarma este por despertarme.

-Ingrid... Tanto tiempo. Sigues viéndote tan hermosa como la última vez.

Y mi alarma no me despertó, pero su voz se sintió como si un balde de agua fría cayera sobre mi cuerpo. El escucharlo decir mi nombre me causó escalofríos.

-Yahir... Prometiste no incomodarla- Habló mi mamá por segunda vez con un tono tranquilo.

Y si, mi mamá no sabía exactamente el por qué había terminado con Yahir, tampoco se entero de todas las cosas que él me hacía, ante los demás éramos la pareja perfecta... Él era el novio perfecto, y ¿yo? Yo nunca le dije nada y no lo hice porque ya era suficiente con mi remordimiento por dejarme tratar así. Mi familia solo se entero de que Yahir y yo habíamos terminado, pero fue todo, no dije más y al parecer era tan notorio mi sufrimiento que nadie hizo más preguntas, todos me apoyaron y aceptaron mi decisión aunque no entendieran nada.

Así que no podía estar molesta con mi mamá por dejarlo estar aquí y tampoco podía reclamarle después porque el hacerlo significaría tener que explicarle porque odio tenerlo aquí en mi casa... en mi mundo.

-Si, lo siento señora, es que su hija siempre me hace perder la cordura.

Cínico...
Lo mato....

-Literalmente... - Juro que fue inevitable  decirlo, fue cómo si mi boca estuviera poseída  pero en el fondo ambos sabíamos que era verdad.

Yahir solo me miró fijamente, pero no dijo nada.

Esta vez desde que llegué no me miraba con odio ni con recor, su mirada demostraba ¿amor? No amor no, él nunca me amo y no podía amarme ahora ¿verdad?

Pero... eso no es lo importante, lo importante es: ¡¿Qué hace aquí?! Conociéndolo algo está tramando y no me da buena espina.

-¿Qué haces aquí Ortiz?- No iba a seguir dándole vueltas a la pregunta en mi mente porque yo no tenía la respuesta, pero él si.

-¿Ortiz?- Pregunto mi madre algo dudosa.

Y la entendía porque ella no sabía nada.

-Es parte de su nombre, ¿no te molesta verdad Ortiz?

Algún día (Kevin Álvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora