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YoonGi es un vampiro, pero no como el resto de los vampiros.
Él se ha negado a la tonta ideología de los demás, sobre acercarse peligrosamente a la tierra de los humanos y mezclarse entre ellos con el fin de pasar desapercibido.
Muchos han olvidado y renegado de lo que son con tal de sobrevivir a aquellos humanos que en grupos caminan por el bosque buscando cazar vampiros como si de bestias se trataran.
YoonGi tiene otra ideología. La suya es más fácil y tiene un doble beneficio: no hay más vampiros a su alrededor y puede vivir libremente.
Sus aposentos se resumen a la montaña más alta que hay en todo el bosque, un lugar que no puede ser pisado por los humanos.
A su alrededor no hay más de su especie, pues, como bien se ha dicho, muchos de ellos han preferido vivir una vida humana, por lo que se encuentra solo.
A veces se aburre, pero consigue distraerse yendo a esa parte del bosque en el que alcanza a verse el pueblo contagiado de débiles humanos.
Nunca ha pretendido acercarse o siquiera cruzar el páramo, porque le tiene un justificado rencor a los pueblerinos. Aunque ver tanto movimiento le llama la atención y hace que olvide, por instantes, su soledad.
Ahora bien, JiMin es un cazavampiros. Su familia; la familia Park, es reconocida y famosa por ser la única que ha logrado tener entre sus manos a más de un vampiro, a los cuales terminan metiendo a una hoguera frente a todo el pueblo.
Esta profesión ha venido de generación en generación desde los años mil doscientos. Por ley, si JiMin y su hermano menor llegan a tener hijos, éstos deben formar parte de dicho patrimonio familiar.
JiMin nunca ha logrado cazar a un vampiro. No ha tenido la fortuna de acechar a uno de cerca por cuenta propia, pero ansía el momento en que pueda cazar uno con sus propias manos y con ayuda de su arco.
Sería el orgullo de la familia y entonces su padre lo presumiría a todo el pueblo. Él, además, podría llegar a ser el líder de su propio grupo de cazavampiros, así como su padre se lo prometió.
Sí, tenía muchos ideales, muchos sueños que siempre soñaba con cumplir y metas que alcanzar. Años de entretenimiento que poner en práctica para demostrar que había aprendido bien.
No obstante, él piensa que su vida, junto a su sueño de cazar a un vampiro, dieron un brusco giro que lo hicieron cambiar de perspectiva, cuando le tocó estar frente a frente con uno de esos chupasangre.
—Tiene que estar cerca, lo presiento —JiMin murmura agitado, con sus manos temblorinas sujetando su arco y una flecha.
Se encamina adentrándose cada vez más profundo en el bosque, entre grandes árboles de secoya y robustos arbustos, por un camino empedrado del cual debía tener cuidado si no quería resbalar.
