ᶜᵃᵖíᵗᵘˡᵒ 28. 00

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—¿Hu-humano...?

El cuerpo inerte de JiMin se siente blando y frío entre los brazos de YoonGi. Él nunca había sentido más desasosiego en sus cientos de años como lo siente ahora, que, con el corazón latiendo con frenesí, espera a que su humano abra esos bellos ojos castaños y le sonría hasta provocar en su pecho un rebosante amor.

Espera pacientemente a que su preciado humano despierte para los dos hacer justicia  por todos aquellos que fueron oprimidos por los humanos, así como su humano tantas veces se lo prometió. Espera pacientemente a escuchar nuevos latidos de un corazón que hace varios minutos dejó de latir...

Pero cuando no recibe señales de vida por parte de JiMin, YoonGi sabe que los humanos le han arrebatado lo único que le impedía no acabar con toda la maldita raza que se llama a sí misma humanidad. Ahora, por consecuente, si la luz ya no brilla para él, entonces el mundo comenzará con su eterna oscuridad.

Aquellos ojos negros que derramaron mil y un lágrimas sobre las mejillas de su amado, se van tornando lentamente rojos; tan rojos como la sangre espesa, como las llamas que hay en lo más cruel del infierno, como una luna llena convirtiéndose en una luna de sangre. Y para al acabar de perder la última gota de cordura, YoonGi coge la flecha en la espalda de JiMin que lo une a él y la extrae de ambos.

Le da la orden a JungKook de que se lleve a JiMin al cuarto de los olvidados, porque ahora esa maldita guerra es solamente suya. Ha nacido en él el deseo ardiente de acabar con cada humano que está pisando sus tierras y nadie le va a quitar ese crédito. Aunque JungKook quiso imponerse contra él y rehusarse a esconderse, YoonGi le grita en la cara de que no cuenta con la autoridad para renegar.

JungKook acepta a regañadientes, pensando en su hermano y en su madre. Carga a su hermano para llevárselo hacia adentro del castillo en ruinas y así poder llorarlo en privado. Mientras tanto, YoonGi es quien queda a cargo de esta batalla infernal. Pone sus enfurecidos ojos sobre la manada de humanos que pretenden inrimidarlo con intentos de armas e insultos que no le van ni le vienen.

—¿Ustedes tienen alguna maldita idea de con quién se están ¡metiendo!? —Expulsa un gruñido bestial mientras sus pies dejan de tocar el suelo y él se eleva al aire muy despacio—. ¡Acaban de asesinarr a la única perrsona que los mantenía con vida! ¡Ahorra van a pagarr porr esto!

Las ramas de los árboles comienzan a moverse bruscamente, lo que alerta a los humanos ciertamente atemorizados por su ira. De entre las ramas más altas de los árboles aparecen una incontable cantidad de murciélagos gruñendo y aves de mal agüero graznando.  Ambas manadas de especie se va directo a atacar a los humanos. Los picotean en la cabeza y otras partes del cuerpo, les restrigan sus alas en la cara y le gruñen y graznan también en la cara. Para que al final los obliguen a formar un círculo y pegarse unos con los otros.

ᶜʰᶤᶜᵒ VAMPIR0 | 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora