ᶜᵃᵖíᵗᵘˡᵒ 10. 00

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—¡Aaaaaaah!

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—¡Aaaaaaah!

A la velocidad de un rayo YoonGi voltea la cabeza a la justa dirección en que recientemente escucha un grito; una voz aterrada que él conoce a la perfección.

Clava sus ojos amarillentos en JiMin y le gruñe cual bestia salvaje. Suelta el cuerpo sin vida de un humano varón y poco a poco se va levantando del piso, pasándose la mano por la boca para eliminar los rastros de sangre que hay en la comisura de sus labios.

Observa a JiMin sin parar de gruñir guturalmente. JiMin está inmovilizado, con la sangre de las venas heladas y tan pálido que le hace competencia.

JiMin tiene el pecho agitado, como si acabase de completar algún maratón. Tiene una expresión de horror en el rostro y está sin palabras, pues bajo sus pies yacen las carnes de varias personas, destazadas.

Ve extremidades humanas regadas por los alrededores de ese estanque, hay tantas manchas y muestras de sangre por el suelo, las piedras y sobre ramas.

¡Caramba! Alcanza a mirar, entre algunos arbustos de hiedra venenosa, sesos e intestinos esparcidos por doquier, dándole a entender que acaba de ocurrir muertes crueles e inhumanas.

Sus ojos se han vuelto tan cristalinos como el agua que hay dentro de aquel estanque. Los pone sobre YoonGi sujetándose el estómago. Siente náuseas. El olor y la escena lo han dejado totalmente tembloroso, como una hoja.

—¿Qué...? ¡¿Qué has hecho?! —exclama cuando la voz le regresó a la laringe, derramando finalmente un par de lágrimas frías.

—Nada que ellos no hicieron —le dice YoonGi con un tono rasposo, antes de limpiarse los colmillos con la lengua; tan larga como la de una víbora.

—¿Por qué? —es lo único que sale de su boca, dos palabras apenas audibles.

Hay en su mirada un sentimiento de insatisfacción, una unión de dos emociones primarias: la sorpresa y la pena.

Observa a YoonGi por medio de unos ojos rebasados en lágrimas, aún sigue sosteniéndose el estómago porque las náuseas se mantienen.

YoonGi se acerca a él poco a poco y él quiere huir, sin embargo, se ve con los pies encementados en el suelo. No puede mover ni la uña del meñique.

Traga con dificultad cuando YoonGi se posiciona frente a él, tan cerca que los nervios se le ponen a flor de piel y por su espina dorsal lo recorre una corriente eléctrica.

Tiene miedo. Está asustado. No teme por su vida, teme porque YoonGi le haga daño y él se decepcione por ello, ya que mantiene a YoonGi como en una especie de altar. No quiere bajarlo de ahí.

—Los humanos no son más que gusanos que se comen aquello a lo que catalogan como ❝diferrente❞ —YoonGi musita tras encajar las manos manchadas de sangre en la cintura de JiMin y atraerlo a él de forma suave, pues es conocedor de su fuerza—. Te carrcomen hasta dejarrte muerrto en vida. Son como hurracanes que destrruyen todo a su paso, sin imporrtarrles nada.

ᶜʰᶤᶜᵒ VAMPIR0 | 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora