ᶜᵃᵖíᵗᵘˡᵒ 30. 00

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JiMin despierta de golpazo y, tan rápido como recobra sus sentidos, despega la mitad de su cuerpo sobre la superficie a la que, supone, cayó desmayado. Por consecuente a la descuidada forma de levantarse, un repentino mareo lo ataca; la vista se le nubla y sufre de ello sujetándose la cabeza con un malestar en el estómago. Todo comienza a darle vueltas.

Expresando su aborrecimiento hacia las náuseas, eleva la cabeza para observar a su alrededor lo mejor que puede y entonces darse cuenta de que está en una habitación inmensa de la realeza, él en una amplia cama con docenas de cobertores encima y un precioso cielo soleado asomándose por un ventanal realmente enorme a su derecha.

—¿Volví a morir? ¿Estoy en el infierno? —se pregunta a sí mismo mientras se restriega las manos a la cara con suma frustración.

—Me temo que no moriste y no estás en el infierno, tontito.

Él se da un sobresalto sobre la cama que lo termina por marear, pero, aun queriendo morir de verdad a causa de lo mal que se siente, recorre con sus ojos toda la habitación en busca de hallar al dueño de aquella voz conocida, y lo halla. KhaeMin está a su izquierda, sentado en una mecedora de madera con una taza de té en las manos; la misma en la que tomó té en el mundo de los muertos.

KhaeMin lo saluda con una bella sonrisa y le comenta que realmente pasó muchas horas inconsciente. Él le sonríe de regreso, extrañamente, aliviado de ser el primero en ver. KhaeMin le pregunta si se siente bien, añadiendo que, si no, es porque se enfermó y por eso había pasado inconsciente tanto tiempo. Él es sincero y confiesa que está mareado, pero que se le va a pasar al correr los minutos.

—Entonces supongo que... las cosas no salieron como debieron, ¿cierto? —susurra sumamente apenado con KhaeMin, es por eso que no se atreve a darle la cara y prefiere admirar cómo sus dedos juegan entre sí sobre su regazo—. Soy una deshonra como hechicero. Lo siento tanto.

—Tonto, lo hiciste mucho mejor de lo que yo pude haber esperado —KhaeMin lo contradice diciendo con una suave sonrisa en los labios—. Pero, oye, esto tiene que ser un secreto entre nosotros dos, ¿bien?

—¿Qué? ¿Qué cosa?

—Sólo promételo.

—Pero ¿de qué me estás hablando?

KhaeMin pone sus ojos en blanco ciertamente divertido por el reaccionar despelucado de JiMin. No se detiene a responderle las mil y una dudas que tiene, porque simplemente se levanta de la silla mecedora y se va hacia las grandes puertas de la habitación, pues una persona detrás de ellas las golpeó un par de veces.

ᶜʰᶤᶜᵒ VAMPIR0 | 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora