Corazón Metálico || Shadowhunters || No. 1 (Primera edición en proceso)

Capítulo 37, parte 2.

Capítulo 37, parte 2.

Que perdure, para siempre.

― Hay algo que me pone nerviosa, Gideon― confesó Amber, mirando al chico.

― Te escucho ― respondió él, mientras buscaba alguna buena pelicula entre los montones que tenía―. ¿Alguna de Star Wars?

La joven negó la cabeza y dijo:

― Jem se veía... celoso hace un rato. Y creo que no hay un porqué molestarse, eres mi mejor amigo.

 ―¿Jem y tu son novios?― soltó Gideon, como si en verdad le sorprendiera. 

― Supongo que no te dice todo, ¿no?

― Algunas cosas. Me ocultó que ya conocía a Alexandra, pero algo asi no me lo ocultaría. Porque él sabe que lo conozco y por señales misteriosas puedo averiguarlo. Aparte... bueno, si me dijo, pero no le creí.

― Conocer a Jem en ese sentido ha de ser cansado.

 ―Solamente es divertido cuando lo soportas― corrigió Gideon.

Amber dio una vuelta por la cama, aburrida. El olor al chico era abundante en cada centímetro de las sábanas blancas y arrugadas, señal de que no había sido arreglada.

― Pero como decía, no entiendo porque Jem está celoso. Es algo tonto.

Gideon rió, era una risa burlona pero a la vez no.

― No te quiere perder, Abby ― informó―. Sabe que puede joderla fácilmente, pero te ama y no quiere hacerlo. Dale espacio para sus cosas de familia.

― Tu eres mi mejor amigo, Gid, y eres el parabatai de Jem, y yo... su novia. Se supone que confía en nosotros.

 ―Lo se― aceptó Gideon, tomó otra película y se la mostró― ¿El Conjuro?

Amber se rió. Le lanzó una almohada y él la atrapó al aire, como si en verdad se lo esperaba.

― ¿Quieres que me de un infarto?― se mostró indignada de una manera sobre actuada.

― Estás conmigo, ¿que es lo peor que podría pasar?

La chica sonrió. Gideon era algo tierno, mas no era inocente. Le alegraba mucho que fueran mejores amigos desde el inicio, ya que él era de confianza y sabía que siempre la escucharía. Lo apreciaba mucho, y algo le atraía de él, y no sabía interpretarlo. Amaba a Jem pero sentía también algo por Gideon. Era bastante extraño, y se sentía estúpida; sentía que traicionaba a uno de los dos. ¿ A Jem o a Gideon? ¿Jem o Gideon?

― ¿En que piensas?

 ―En que...― se excusó Amber, ruborizada hasta las orejas― Ibas a decir algo antes de mencionarme si podriamos ver el Conjuro.

El chico formó una o con sus labios.

― Tu eres como mi hermana, y haría todo lo que fuera por verte feliz, Abby― dijo después de un rato, mirando su reflejo en el espejo―. Te aprecio demasiado, porque pude quererte en cuanto te conocí, en ti encontré una paz semejante a la que tengo cuando toco el piano ―  se giró y la miró directamente a los ojos ― Eres, y lo digo en serio, mi mejor amiga y no pienso dejarte ir nunca, y golpearé a cualquier persona que te haga daño. Y haré lo que sea para que esto perdure, para siempre.

No puedo evitarlo. Amber comenzó a llorar. No quiso disimularlo.

Gideon lanzó un suspiro, sonriendo y ruborizado. Se pasó una mano por el cabello y se giró de nuevo.

El silencio se hizo presente, aunque no era incomodo. Amber miró al techo, mientras esperaba que las pocas lágrimas se secaran.

 ―Tu también eres como mi hermano― dijo después de un rato.

La chica lo sintió sonreír.

― Encontré la de Intocable, ¿la vemos? ― preguntó él.

― Si.

Cuando se dio la oportunidad de pensarlo, Amber se dio cuenta de que ella no tenía televisión en su habitación. Tal vez la compró por su parte, pensó.

Gideon colocó el disco en el reproductor, tomó el control remoto y se lanzó a la cama, a un lado de Amber. El chico se acostó con las manos detrás de la nuca, y ella, dudante, se acurrucó junto a él.

Sintió su calor corporal, y aquello la alteraba y a la vez la relajaba. Le buscó la mirada, y él le respondió al instante, con una sonrisa tímida.

― ¿No quieres algo de comer? Tengo unas papas guardadas ― sugirió él sin prestar mucha atención.

― Tal vez después― bostezó Amber―. Oye...

― ¿Si?

― Gracias por estar siempre conmigo.

 ―Si... gracias tu también, Abby― dijo, y acto seguido, le dio al botón de play.

N/A

 Pues aquí está el capítulo.

Pues, ya sabes, comenten, dejen su voto si les gustó y de paso síganme.

Los quiero, cuidense.

pv.