Corazón Metálico || Shadowhunters || No. 1 (Primera edición en proceso)

Capítulo 25

AVISO:
¿Conocen a Evan Peters? ¿Podría ser Gideon, en vez de William Moseley?
Dios, ¡esta es mi semana de las indecisiones y cambios!
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Capítulo 25

Solo en sueños, Dakota.

-¿Gwen? ¿Gwenny? No... Gwen- gritó alguien desde lejos. La bruja no pudo determinar desde donde.

Alzó la cabeza, desesperada y confundida. No sabía nada en absoluto de donde se encontraba, y mucho menos como habá llegado ahí. O por qué.

«Muy bien, Gwen. Evitemos las preguntas que incluyan: Donde, qué, por qué, como, cuándo, quien»

Juró por todo lo que conocía que se había ido a dormir en el sofá de su apartamento, después de recoger a Dante del Instituto.

Pero en ese momento se encontraba en un callejón. Un callejón que era increíblemente familiar. No era cualquier callejón, tenía un recuerdo que por el momento, era inconsciente.

Se incorporó del suelo, con las piernas temblando. Las escamas le picaban, era muy molesto y confuso.

-Gwen- la llamaron de nuevo, la voz era aguda, como el tintineo de los cascabeles del collar de su gato.

La vio de reojo. Había una chica, sentada sobre unas cajas de cartón, balanceando los pies, ya que no llegaban al suelo. Pero no se veía tan joven. Rondaba los veinticinco años.

-Si te pudiera ver de nuevo, estaría mas que orgullosa- susurró la chica, con una mueca de tristeza.

Giró completamente la cabeza, aferrada a las sabanas blancas que la enredaban. No pensaba despojarse de ellas, no usaba nada mas.

-Dakota- sollozó Gwen, e intentó acercarse a su hermana.

Dakota no se movió, y una lagrima brotó de sus ojos verdes cuando la mano de su hermana la atravesó, como un fantasma.

-Tranquila. Yo ya estoy muerta- murmuró Dakota, mientras se mordía el labio.

Gwendolyn empezó a respirar agitadamente, con las manos temblando. Sus labios se secaron de improviso, y poco a poco sintió como la vista se le nublaba.

-No no no no no- repitió Gwendolyn una y otra vez.

-Solo nos podemos ver en sueños, Gwen- dijo Dakota-. Pero solo aquí. ¿Solo en sueños, Gwenny?

-Solo en sueños, Dakota- tartamudeó Gwen, incredula.

-Ya es hora, Gwenny- advirtió Dakota, bajó del montón de cajas y empezó a caminar por el callejón.

Gwendolyn la miró como si se hubiera convertido en un minotauro de improviso. Pero Dakota seguía igual. Incluso tenía una daga con una estrella roja en el mango, clavado en la espalda. Como la habían matado.

-¿Hora de que, Dakota?- preguntó Gwendolyn, cayó al suelo y se raspó las rodillas. Sintió como la sangre empezó a salir. Poco a poco.

-De que cumplas el propósito de tu creación- contestó Dakota, su piel empezó a hacerse transparente, tanto que se pudo ver que detrás de ella había una ciudad destruida...

Gwen gritó el nombre de su hermana antes de despertar. Abrió sus enormes ojos rosas, jadeando.

Se encontraba en su cama, envuelta en sus familiares sábanas color escarlata. Los mechones de cabello blanco se le adherían a la frente por el sudor, y aun sentía como su pulso era desigual.

Dejó que un par de lágrimas escurrieran por sus mejillas, y buscó su celular con desesperación a su alrededor. Dante se subió a su regazo y se acurrucó contra ella, maullando con elegancia. Gwen lo acarició con una mano mientras la otra tanteaba las sábanas, en busca de su celular con más desesperación.

Sintió con sus sensibles escamas su celular, envuelto en la blusa que usó antes de dormir. Marcó a toda prisa aquel número que podría marcar dormida, ese que se sabía de pies a cabeza y que nunca se había equivocado en ningún dígito.

Esperó a que contestara, mordiendo su labio inferior hasta que sacó sangre. Presentía que algo andaba mal.

Respondió al tercer timbrazo.

-Jemmy, necesito verte, ya se que son las cuatro de la mañana pero...- soltó Gwen de sopetón.

-Hola, Gwen- murmuró alguien que no era Jem, al otro lado de la línea. Gwen se quedó helada

Las manos de la bruja temblaron, tratando de recordar si había marcado bien cada dígito.

-Soy Gideon- añadió el chico, sin perder la paciencia

La bruja soltó aire, aliviada. Acarició a Dante, tratando de calmar su tan repentino terror.

-¿Donde está Jem?- preguntó Gwendolyn

Gideon guardó silencio un momento, meditando una respuesta. Ella pudo sentir su inseguridad.

-¿Conoces a una loba llamada Noëlle?- preguntó Gideon después de varios minutos de tragar saliva.

-Noëlle Burn, sirve a Vailati- afirmó Gwen, respirando entrecortadamente-. Creo que se fugó de la Prisión Subterránea hace una semana.

-El asunto es que, Jem y yo fuimos a investigar algo en la propiedad de Francesco- relató Gideon-. Noëlle hacía guardia y nos descubrió, lanzó a Jem desde una ventana de la primer planta, Jem se golpeó con la fuente de piedra y quedó inconsciente. Perdió mucha sangre. Corrí la misma suerte. Hace dos horas desperté en la enfermería, el Hermano Noah tuvo que acudir, intentando que Jem recobrara el conocimiento.

-¿Ya despertó?- balbució la bruja. Jaló los pelos blancos de Dante inconscientemente, este le arañó el brazo y se fue a la sala, indignado.

-Aún no lo se- murmuró Gideon-. Christine y Noah no me dejan acercarme a Jem, dice que podría alterarlo si logra verme. Seguramente lo alterará una de las dos personas, aparte de él, que conocen la mayoría de sus secretos. Tuve que arrastrar a Amber fuera de la enfermería.

Gwen rió por poco al imaginarse la escena, pero no lo logró después de todo. No se encontraba de humor como para reír.

-Entonces, Gwenny, ¿vas a venir? necesito dormir- bostezó Gideon sonoramente.

-Claro, Gid. Voy para allá- se apresuró a decir ella, mientras se metía a toda prisa en un short de mezclilla y una sudadera con estampado de cuadros multicolores.

Gwendolyn ni siquiera se molestó en ver cuantas veces había pisoteado la cola de Dante en camino a la puerta principal, solo se limitó a seguir caminando, con los pies casi saliendo de los tacones que encontró en la entrada.

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Mis lectores sensuales, amantes de la Nutella.

Les quiero agradecer por todo lo que me han acompañado, y ojalá y sigamos asi, y seamos cada vez mas.

Subí capítulo rápido porque escribía el #24 y este al mismo tiempo.

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SIGANME

Les repetiré el aviso de al inicio.

¿Conocen a Evan Peters? ¿Podría ser Gideon, en vez de William Moseley?
Dios, ¡esta es mi semana de las indecisiones y cambios!

En fin, nos vemos en el próximo capítulo.