*AVISO: SOY BIEN COOL*
Capítulo 19
Metálica porcelana
Amber entró al cuarto de su hermana sin hacer ruido. Se sentía feliz, ya que podía usar ya sus dos brazos. Sospechaba que, se había curado demasiado rápido, tanto que lo consideró una anomalía.
Cerró la puerta tras ella y suspiró.
Alexandra estaba dormida, abrazando una almohada. Su cabellera café estaba desordenada, pero ella se veía muy bien (como siempre) de todas maneras. Llevaba encima un suéter rojo, que se veia al instante que no era de ella,le llegaba a la mitad de los muslos y tenia un 96 en la espalda, unos calcetines grises, unas bragas negras con encaje y... nada mas.
Amber la miró mas de cerca. Ya no se veia moribunda, llena de sangre y con cenizas, se veia sana y ya con un poco de mas color en la cara. Alexandra era palida, pero en la fiesta de Francesco era un fantasma.
La rubia se sentó en una de las sillas tapizadas floreadas, suspirando.
Su hermana siempre la había protegido de todo. No dejaba que nadie se acercara a ella sin antes lanzar un florero o lo que tenia a la mano. Alexandra siempre habia sido rebelde, siempre. Amber recordaba que sus padres tenían una cita con el director tres veces a la semana, porque Alexandra contestaba a profesores, golpeaba a los niños, porque se dormía en clase, y muchas cosas mas por las que siempre fue popular.
Amber nunca pudo imaginarse a su hermana asi. Cuando tenía trece años era tan flaca.... Alexandra siempre fue inocente hasta que se acercaban demasiado a Amber. Alexandra siempre fue hermosa.
Amber se levantó de la silla y vio algo que estaba abajo del marco de la ventana: Un cubo
La chica se deslizó hacia el cubo y se arrodilló
Era un cubo de metal, que no tenía ningun rasguño o se veía peligroso.
Amber trató de tocarlo, y este fue tomando la forma de un guante..... La chica gritó
-Es un cubo hecho de un extraño material metálico que se adapta y cambia de forma- explicó alguien desde la cama
Alexandra se arrodillo al lado de su hermana, sonriendo
-¿Y tu como sabes?- preguntó Amber
-Ayer estaba buscando algo en mi armario y me cayó esa cosa en la cabeza, sabe Dios de donde, me dejó inconsciente un buen rato: por el golpe y por mi alergia al polvo.- explicó Alexandra- Cuando desperté tenía un hermoso casco nuevo
-Es algo muy curioso- comentó Amber
-Lo es
-¿Y que puede hacer aparte de adaptarse?- Amber tomo el cubo entre sus manos
-Mira esto- Alexandra tomó por la muñeca a su hermana y la levantó del suelo-.¿ Si ves los dos vasos de vidrio encima de la mesita de noche? Hazme un favor y traelos, Abby
La chica obedeció al instante, le dio el cubo a su hermana y fue corriendo por los vasos.
De nuevo con su hermana, le entrego un vaso a Lex y el otro se lo quedó.
Alexandra envolvió con un movimiento de muñeca al vaso con el cubo de metal, que se adapto rápidamente
-Ahora- indico Alexandra-, lanza el vaso a la pared
-Pero voy a romper la ventana y el vaso- renegó Amber
-Se trata de romper el vaso. ¿Recuerdas cuando haciamos eso de niñas?- replicó Alexandra-. Lanzalo
Amber miró el vaso con confusión, como si fuera la primera vez que lo hacía en verdad.
-Piensa en alguien o algo y que odies, Abby- susurró Alexandra al oído de su hermana
Amber miró su vaso, e inconscientemente pensó en Isabelle. Ahora veía a Isabelle dentro de ese vaso, anunciando como loca que estaba enamorada de Gideon...
Amber lanzó el vaso con todas sus fuerzas, y por un momento escuchó a su mejor amiga gritar cuando este estalló en mil añicos contra la pared. Y se sintió bien con ello.
-¿Y ahora que?
Alexandra hizo lo mismo, pero con mucha mas fuerza. No por nada le decían a Alexandra en el colegio «brazo metálico». Pero aunque Alexandra tuviera fuerza extrema en los brazos, el cubo adaptado al vaso simplemente rebotó en la pared.
-Eso significa que hace mas resistente a lo que está rodeando. Como un caparazón- dedujo Amber
Alexandra asintió.
-¿Algo mas?- preguntó Amber.
-Creo que si- respondió Alexandra-. Mira, creo que funciona también por el control de la mente. Intenta traer el cubo hacia ti. Ordena que venga hacia ti.
Amber frunció los labios y pensó en el cubo yendo hacia ella. El metal se desenvolvió del vaso de vidrió y llegó a las manos de Amber en su forma original.
-Es sorprendente- alabó la menor de las hermanas Montclaire.
-Es algo que no se logra apreciar todos los días, Abby. Es como si nosotras acabamos de descubrir una mina enorme de diamantes en mi armario- coincidió la otra.
-Deberíamos informar a Christine sobre esto, Lex- propuso Amber, trotando hacia la puerta.
-¡No!- se opuso Alexandra. El cubo cayó de la mano de Amber, se enredó a su pie y se clavó en el suelo, impidiendo el movimiento de la chica.
-¿Te sucede algo, Alexandra?- preguntó Amber, absorta. Su hermana se veía muy alterada, y su mirada estaba fija en el metal.
-Quisiera que esto esté entre ambas. Es algo muy preciado, y a mi juicio...- explicó Alexandra, apenada- esos Nefilims no se ven muy de fiar.
Amber asintió apretando los labios. En parte tenía razón. Podrían confiscar el cubo y entregarselo al («maldito», pensó Amber) Cónsul.
-Creo que tienes toda la razón, Lex- aceptó la rubia después de un rato.
-O peor aun, con esos... ¿Cómo les llaman? ¿Hermandad del Silencio?- añadió la otra chica.
-Hermanos Silenciosos- corrigió Amber-. ¿Cómo sabes de esas criaturas raras?
-La directora de este lugar no paraba de nombrarlos junto con otros chicos- contestó Alexandra-. Oh, claro, tu pie.
Alexandra atrajo hacia si el cubo y este le rodeó todo el brazo. Se veía mucho mas fuerte e imperturbable con eso en su brazo. Invencible.
Ambas rieron, su risa era idéntica, iguales a la risa que alguna vez brotó de los labios de Tatiana Montclaire.
-¿Te puedo preguntar algo, Lexie?- habló Amber después de un rato, miró a su hermana a los ojos, quien estaba recargada contra un poste de la cama. Mirarla fue como si una corriente eléctrica hubiera brotado de ella y llenó a Amber en todos ángulos-. Aparte de esta pregunta- añadió antes de que su hermana abriera la boca.
Alexandra guardó silencio y cerró sus ojos, ocultando el gris que se había oscurecido.
-¿Por qué te fuiste todo este tiempo?- prosiguió Amber, tratando de derribar la muralla de silencio que Alexnadra acababa de construir-. ¿Por qué nunca llamaste o por qué se te ocurrió comunicarte hasta hace unos meses?
-Abby, silencio- ordenó Alexandra
-¿Que ocurrió para que nos pudiéramos reencontrarnos de tal manera en la fiesta de Vailati?- insistió la rubia
-¡Silencio, Maklovia!- susurró Alexandra, y llevó inconscientemente su mano a su extraña perforación en la oreja.
Amber avanzó hasta su hermana con paso suave, pero se mantuvo alejada de su espacio personal. Cuando su actitud cambiaba tan drásticamente a esa emoción, era que no sobraba mucho tiempo para golpear a quien sea.
-¿Por qué nunca me lo mencionaste? ¿Tiene que ver esto con la muerte de nuestros padres?- Amber tomó la mano de su hermana, y se preparó para un puñetazo en su delgada y frágil nariz.
-¡No hablaré de eso!- gritó Alexandra, apartando su mano de la de Amber
Ambas se miraron. Un choque de ojos grises. Nunca habían compartido miradas de ese tipo a lo largo de toda su vida como hermanas, nunca se habían acercado tanto al odio.
Alexandra atrajo hacia si a Amber con un ímpetu increible. Amber abrazó a su hermana y decidió guardar silencio. La tensión se sentía en cada centímetro de piel de la otra chica. La rubia puso su barbilla en el hombro de su hermana, y un profundo suspiro brotó de los labios de Alexandra.
-Siento haber reaccionado asi, Abby- murmuró-. No me gusta hablar de aquello por todo lo que me torturó.
-Te juro que lo mataré, tarde o temprano- prometió Amber-. Yo personal...
Unos golpes sordos interrumpieron a la chica, e hicieron que se separaran del susto. Amber colocó la mano encima de la ubicación de su corazón, esperando que así su pulso se calmara.
Sin esperar una respuesta, alguien entró. Y era la persona que menos se esperaba Amber: Logan.
Amber cubrió a su hermana con su delgado cuerpo. Logan y Alexandra no se conocían muy bien, y se miraban, Alexandra casi sin ropa. Miró a su hermana, que no estaba para nada apenada, sino que acariciaba sus brazos en una forma muy seductora.
-Gracias, Logan. Por tu suéter- agradeció Alexandra
-No agradezcas. Comprendo que es horrible tu....- contestó Logan
-Mi caso, no tengas miedo a decirlo- completó ella.
-Estaba buscando una mejor palabra- repuso Logan.
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Corazón Metálico || Shadowhunters || No. 1 (Primera edición en proceso)
FanfictionUna carta. Solamente es lo que recibe Amber Montclaire de su hermana. Pero eso es lo mejor que puede haber, durante un poco más de tres años nada sobre Alexandra llegó a sus oídos. Los Angeles, la ciudad donde por fin se reencontraran, Amber deja to...