Capítulo 13.

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Capítulo 13.

La fiesta.

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Después de una agotadora semana de entrenamiento, sesiones de comportamiento y modales con Marceline y ardua planificación con pláticas que duraron siglos, la noche de la fiesta de Francesco Vailati llegó.

Se decidió que solo Amber y Jem asistirían al evento y en cuanto vieran algo sospechoso o ilegal ahí dentro, mandarían una alerta con unos brazaletes conectados que portaban Amber y Christine, eso activaría la alerta y los Cazadores de Sombras atacarían a Francesco y sus vampiros.

Amber escogió un vestido azul marino de tul corte sirena con hombros descubiertos, con detalles de encaje y lentejuelas. Para acompañar el atuendo optó por unos tacones plateados y joyería del mismo color que Marceline le había prestado.

Cuando salió al atrio principal del Instituto, Jem ya estaba ahí. Vestía una camisa blanca de botones y manga larga. El pantalón, los zapatos y el saco que tenía echado al hombro eran negros y tenía su anillo familiar en la mano izquierda. Se veía tan guapo...

― Jem ― llamó la chica.

Él se giró. Sus ojos azules brillaban como dos enormes zafiros, y la luz lunar les daba un toque aún más atractivo.

― La fiesta ya comenzó ― anunció ―. ¿Tienes el brazalete?

Amber extendió su brazo para que el chico viera que ahí estaba el brazalete.

― ¿Tomaremos un taxi?

Jem solamente rio a secas, pero no dijo nada.

― No creo que vayamos caminando, ¿tomaremos un taxi? ― repitió Amber, impacientada.

Jem enarcó una ceja. Era irritante incluso cuando hacía gestos.

― Se verá tan elegante llegar a una fiesta del vampiro más importante de California en un taxi ― dijo con sarcasmo ―. Yo siempre llego con estilo. Mira a tu izquierda, Amber ― Jem le susurró su nombre al oído, y la forma en la que lo pronunciaba la hacía estremecer.

Amber obedeció. Entre las sombras pudo ver un carruaje negro con detalles en dorado. Había dos caballos negros atados a las riendas y el cochero resolvía un libro de crucigramas, esperando a los dos jóvenes. Jem la ayudó a subir al carruaje y después él subió. Le dijo una dirección al cochero y al instante avanzaron, acompañados del sonido de los cascos de los caballos traqueteando contra las baldosas de piedra.

― Es un poco raro ir en carruaje a una fiesta en pleno 2014 ― comentó Amber, jugueteando con su falda.

― He visto cosas más raras, te lo aseguro ― respondió Jem, mirando por la ventana.

Hubo silencio. Amber se dedicó a observar a Jem: Su desordenado cabello negro, el traje, su forma de recargarse en el cristal de la puerta observando las calles con expresión lejana y aburrida... Era guapísimo, y él lo sabía.

― Lo primero que debes hacer al llegar es ir a la barra de comida, todo lo que Francesco sirve es delicioso ― comentó Jem, intentando poner una conversación.

― Seguiré tu consejo ― afirmó la chica casi en automático ―. ¿Qué es lo que se hace en esas fiestas?

Jem meditó su respuesta unos momentos.

― Puedes hacer amigos nuevos, mucha gente reconocida asiste; puedes beber hasta vomitar si quieres, bailar y disfrutar de los excéntricos espectáculos que Francesco prepara. Son fiestas de extrema etiqueta, no esperes cosas baratas y mediocres.

Corazón Metálico || Shadowhunters || No. 1 (Primera edición en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora