Capítulo 6.

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Capítulo 6.

Charla en el Denny's

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A la mañana siguiente, el desayuno fue mucho más silencioso que el día anterior. Amber no podía ver a Gideon sin recordar su sueño, y era más difícil porque él estaba a su lado leyendo el periódico. Marceline se pintaba las uñas, Jem estaba bebiendo vino y Christine hacía una carta para un tal Cónsul Trueblood.

― Deberíamos de salir a desayunar a algún lado, ¿no creen? ― dijo Marceline, rompiendo el silencio.

Jem se encogió de hombros.

― ¿No harás el desayuno, Chris?

― No, estoy un poco ocupada. Pueden ir a donde quieran ― respondió la aludida sin dejar de escribir. Amber notó que aún era joven, seguramente tenía un poco más de 30 años.

― Pues está decidido, vámonos ― Gideon cerró el periódico y lo dejó en la mesa.

― No sé por qué seguimos aquí, me aburro a muerte ― Marceline se levantó de su silla y salió― Adiós mamá ― y se marchó.

― Adiós cariño ― La directora del Instituto dejó de escribir y miró a Jem y a Gideon ―. Ustedes dos, cuídenla, y no permitan...

― Que se acerque a algún vampiro del clan ― completaron los chicos al unísono.

― Así me gusta. Si no me encuentran estaré en una junta con algunos miembros del Consejo ― y volvió a escribir.

Los chicos asintieron y salieron del comedor. Gideon se marchó, pero Jem se quedó ahí esperando.

― Oye, es para hoy. Vámonos ― dijo Jem con las manos hundidas en los bolsillos de los jeans.

― ¿Voy a ir con ustedes? ― Tenía que admitirlo, Amber se sentía halagada por eso.

― Si no quieres me puedo llevar a Dante ― replicó él, sin una pizca de humor ―. Seguro se muere por ir al Denny's.

― Muy gracioso tu comentario, no sabes ― Amber se levantó de su silla y salió al pasillo con él

― No lo dije para que te rieras.

(...)

Recorrer los pasillos con Jem era incómodo, y era peor sin hablar.

Al final de uno de los miles de pasillos había un elevador. Jem presionó el botón que tenía una flecha apuntando hacia abajo y empezó a silbar con calma.

― ¿Jem? ― lo llamó Amber

― ¿Sí? ― respondió, dejando de silbar.

― ¿Qué hacías en el bosque cuándo me encontraste? Es un lugar algo alejado de la ciudad ― preguntó ella mientras las puertas del elevador se abrían

― Salí a caminar ― respondió Jem, entrando al elevador con ella.

― Pero estaba muy lejos de la ciudad...

― Misteriosos son los caminos del Señor.

Las puertas del elevador se cerraron y comenzó a descender, con Amber y Jem en silencio.

La chica rompió el silencio otra vez.

― ¿Por qué Marceline y tú no se llevan bien?

― No es que nos llevemos mal, sólo la molesto por diversión. Es bastante gracioso verla hacer su cara de pato molesto ― Jem rio sin ganas.

Corazón Metálico || Shadowhunters || No. 1 (Primera edición en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora