Capítulo 14.
Sin importar las consecuencias.
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― Lexie ― llamó Amber. La aludida la miró con ojos moribundos. Recordó a Marceline, con esa misma mirada después de haber recibido un poderoso sedante aquella vez que entraron a la mansión sin permiso. Alexandra se desplomó en la silla, inconsciente.
― Gwen, ahora ― murmuró James, al mismo tiempo que presionaba el botón de alerta silenciosa en la pulsera de Amber.
A la velocidad de un rayo, la bruja se levantó de su asiento y de sus manos salieron llamaradas de fuego a todas direcciones. Al instante, todo se encendió por el fuego, y la multitud comenzó a correr por todos lados, gritando y chillando.
Francesco bajó del escenario. Tenía los colmillos de fuera y ordenaba una y otra vez:
― ¡Los Nefilims son los responsables de esto! ¡Defiéndanse! ¡Los bastardos del Ángel están violando los Acuerdos!
Las miradas de Francesco y Gwendolyn chocaron.
― Atrápame si puedes, golfa traidora. ― El Subterráneo salió huyendo con su velocidad vampírica, y Gwendolyn fue tras él lanzado fuego de sus manos.
Los grandes ventanales estallaron en mil pedazos, y unas dos decenas de Cazadores de Sombras entraron con sus uniformes de combate y sus armas tan brillantes como estrellas. Por unos momentos, Amber se quedó anonadada viendo a los Nefilims moviéndose a velocidad inhumana y atravesando a los que los atacaban con sus largas espadas y dagas, salpicando sangre por doquier. Una mezcla de blanco, negro y rojo por doquier.
― ¡Amber, sal de aquí! ― le gritó Jem.
― ¡Mi hermana es la chica del escenario! ¡Ve por ella, por favor! ― La chica pudo sentir que su garganta se cerraba por las ganas de llorar.
Él negó con la cabeza.
― No hay tiempo para salvarla.
Del interior de su saco, tomó su cuchillo serafín, y el arma brilló en cuanto el mango estuvo en contacto con su mano. Sin aviso, corrió, y Amber no dudó en seguirlo. Se dirigían a la salida del gran salón repleto de cadáveres, Cazadores de Sombras, fuego y mucha sangre. Se sintió mareada al ver todo eso, y no lograba comprender como Jem podía vivir sin sentirse perturbado por esas imágenes tan horribles.
El chico se abría paso matando vampiros con su espada; se mostraba arrogante, como si su vida no estuviera en riesgo, o como si matar personas fuera partes de su rutina mañanera.
Amber miró a su hermana, quien seguía inconsciente. El fuego estaba cada vez más cercano a ella. Yo puedo salvarla, no tomé esas estúpidas clases de combate para solamente quedarme mirando, se dijo. Tomó el cuchillo serafín que Jem tenía escondido y se encaminó hacia el escenario.
Avanzó entre el caos para llegar a su hermana, pero en el trayecto un vampiro la interceptó. Decidida, se abalanzó hacia la criatura; pero eso no salió como esperaba, el vampiro la tomó por las muñecas con tanta fuerza que Amber soltó su arma y esta tintineó al entrar en contacto con el suelo. El subterráneo abrió la boca y sus colmillos llenos de sangre fresca se asomaron, parecía la boca de algún animal. El vampiro la lanzó por los aires, y Amber se estrelló en un montón de sillas. El impacto la dejó sin aire, su vista se ennegreció por unos momentos y sentía todo su cuerpo ardiendo en un dolor que jamás había sentido.
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Corazón Metálico || Shadowhunters || No. 1 (Primera edición en proceso)
FanficUna carta. Solamente es lo que recibe Amber Montclaire de su hermana. Pero eso es lo mejor que puede haber, durante un poco más de tres años nada sobre Alexandra llegó a sus oídos. Los Angeles, la ciudad donde por fin se reencontraran, Amber deja to...